Por primera vez este año Lily, el lobo y el Ogro, hicieron las delicias de pequeños y mayores, al salir desde el antiguo Ayuntamiento para llevar tras de sí, como si el mismísimo flautista de Hamelín se tratase, a un pléyade de niños, mamás con carricoches, papás con sus hijos a “cucurumbillo” y esos abuelos que agarran a los críos y nos los sueltan aunque les fuera en ellos su vida. Con esos ingredientes un “rio” humano fue recorriendo las calles al ritmo de los gritos de “Serafina la cochina es una una chica muy fina ¡Serafina, Serafina!” o aquel tan torrevejense “¡Como se que te gustan los garbanzos torraos, por debajo la puerta te lo echo a puñaos”. El cambio de hora de salida con el que los niños pueden tranquilamente salir de sus colegios y acercarse al cortejo, han hecho este año que se desborden todas las previsiones y la Salida de los Gigantes y Cabezudos se convierta en la reina de la fiesta por antonomasia de Torrevieja.
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