Objetivo Torrevieja

Fernando Guardiola

Álbum, pinchando sobre la foto

Nueve puntos recogía ayer el Orden del Día de un pleno municipal, que aunque se preveía “caliente”, por algunos de los temas que se trataban, nadie podría esperar que en aras de no sabemos si con intenciones de “reventar” la entrega del último premio de novela “Ciudad de Torrevieja” (por ahora), se convirtiera en uno de los más largos de la historia democrática de la ciudad. Es verdad que había temas, algunos de gran importancia, como el referente a los desperfectos de la Calle Caballero de Rodas, los trenes  turísticos o la senda de madera de la playa de La Mata, pero también es verdad que algunos de ellos, eran, o se preveían meros trámites, al haber estado anteriormente aprobados  y solo se trataba de correcciones en errores materiales del dictamen. Pero no, aquello  había que alargarlo como fuera, para que “diera tiempo” a que las cámaras de Canal 9 y de cualquier otro medio foráneo que  hubiera osado venir a la entrega del Premio de Novela, se largaran con cajas destempladas, ante el plantón que supuso las tres horas de retraso en el acto. Y para ello nada mejor que echar mano del ROM, para aplicarlo sistemáticamente en cada uno de los puntos, obligando al secretario a largar una retahíla de conceptos y cifras, que aunque algunos miembros de la oposición se jactaran de que “así el público en general se enteraría con detalle”, la verdad es que pasó aquello de “cuanto más leo, más tonto me queo”, porque aparte de lo farragoso del lenguaje, cada vez que se leía el “mamotreto” de turno, la mala educación, salía a pasearse entre algunos vecinos que habían acudido al pleno, no cesando de “rumiar” palabras soeces dirigidas por “lo bajini” al alcalde y a otros miembros de la corporación. Pero el bochornoso espectáculo en que se convirtió, lo que debería ser la voz de un pueblo, llegó cuando en ciertos momentos, nuestros representantes se olvidaron de que están en ese privilegiado lugar para hacer oír la voz de sus votantes y se convierten en “discutidores de taberna”, donde se sacan a relucir fobias y odios personales, que a veces rozan el insulto y que son una verdadera muestra de la antítesis de un “manual de buenas costumbres”. El episodio de adjudicarse el “honor” de haber sido los primeros en dar el pésame a los familiares de la señora que falleció en el accidente del tren turístico, resultó patético y de patio de colegio, …. cerrabas los ojos y parecías oír a los niños gritando el recreo, “señorita, señorita, … yo prime,… yo prime” … de pena.

Ya  dejo a mis compañeros que realicen la crónica política de lo que supuso tan “provechoso” acto informativo, que de seguro lo harán mucho mejor que yo, aunque en realidad pocas ganas me quedan de comentar los resultados del “circo” en que en algunos momentos se convirtió el Salón de Plenos. No se si existen especialistas médicos en “curar” defectos de ética moral y política, pero si en el “vademecum” encuentran alguno, señores políticos nuestros, pidan cita urgente y háganselo mirar  por la salud democrática de nuestro pueblo, que no merece ni uno más de estos espectáculos. Ayer fue un día muy triste para Torrevieja, … por un lado la cultura perdía un premio que podía haber llegado a ser un referente en la literatura nacional, y por otro los “padres del pueblo”, convirtieron el pleno en el plató de “Sálvame”. Solo faltó el orfeón, cantado al fondo de la sala aquello de “Sálvame, soy un náufrago, …”

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