Objetivo Torrevieja

F. Guardiola

La bandera republicana, en un muro colindante al Semimario oriolano

Cuando ayer, ya pasada la media noche y por varios conductos me llegó la foto que ilustra este artículo, no pude aguantar las ganas que me entraron de comentar este acto al que puedo calificar, y siendo indulgente, como inmaduro.
Y digo bien inmaduro, por que no se puede esperar sensatez en un grupo de personas que en defensa de sus ideales y aspiraciones, tan legítimos como los que más, y que estoy seguro que han repasado la reciente historia, mejor o peor contada, que nos ha llegado de nuestro país, que optan por colocar una bandera con los colores de la república en un símbolo del catolicismo, como es el Seminario de Orihuela. Yo estuve en las dos concentraciones que en Torrevieja se han ofrecido con motivo del 82 aniversario de la República Española y solo puedo tener palabras de elogio para su comportamiento y métodos para hacer llegar a los demás su mensaje. Pero el mensaje que escuché en Torrevieja, hablaba de un pais de concordia, de olvido, con las heridas cerradas y las palmas de las manos abiertas. Por eso al ver esta foto de la provocación más humillante, de la vuelta al rencor cainíta, a la amenaza velada, colocando una bandera tan legítima como la que más, pero que en esa pared es una provocación en toda regla, todo ello sin entrar a sopesar el valor cultural que el entorno pudiera tener y el grado de protección que ello conlleva. Señores republicanos de Orihuela, creo que no es ni el sitio, ni el momento adecuado para hacer un acto de este tipo, ustedes que con todo su derecho han luchado para que desaparezcan de las paredes de Iglesias, colegios y calles los símbolos fascitas, plasman en el muro de un centro religioso la bandera de la república con la única misión de provocar. Pues no es justo ¿verdad?., deberían de obrar en consecuencia.  Como diría mi abuela: “¡ya son ganas de joder el parque!”,.. y nunca mejor dicho.

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