Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

El día más importante para la Asociación Plaza del Calvario, llegó ayer, domingo 4 de agosto con la salida de San Emigdio en procesión, aunque previamente, tenía lugar a las 8 de la tarde la Celebración de la Eucaristía por el vicario del Templo Arciprestal de la Inmaculada Concepción, Pedro Payá, contando con la asistencia de la concejal de Fiestas, Concha Sala; la Reina de la Sal, Cira Gualdo y sus damas de honor, Carmen Maciá y Alba García; los ediles, Sandra Sánchez, Inmaculada Montesinos y Antonio Vidal, junto al presidente de la Asociación Vecinos del Calvario, Antonio Aniorte Pérez.

A continuación salía en Procesión el “Santico de los Terremotos”, San Emigdio por las calles San Policarpo, Bilbao, Santísima Trinidad, Los Molinos, hasta la Plaza del Calvario, junto con el acompañamiento musical de la Sociedad Musical Ciudad de Torrevieja “Los Salerosos”, al llegar a la plaza del Calvario se disparó una traca, mientras sonada el himno nacional. La procesión regresó por las calles San Emigdio, donde se realiza todos los años un homenaje ante la casa donde se encuentra la primera imagen del Santo, siguiendo por José Romero “El Felisia” y San Policarpo, hasta regresar a su Ermita. Como final de fiestas a su llegada se disparó un Castillo de Fuegos Artificiales.
Concluimos la memoria de las Fiestas de San Emigdio 2015 recordando, al igual que hacemos todos los años, aquel seísmo que aconteció hace 186 años y que asoló nuestra ciudad así como varios municipios de la Vega Baja.
“El 21 de Marzo de 1829 […]. Cuando el pueblo estaba en calma, un fuerte terremoto asustó a todos los habitantes. Los techos comenzaron a desplomarse y La Torrecilla de la iglesia se cayó, […] no quedaba ninguna barraca en pie y todos los barcos parecieron balancearse.
Al acabar el temblor, todas las construcciones del pueblo yacían en el suelo y sus habitantes excavaban desesperadamente para encontrar a sus víctimas. […], ya no solo en Torrevieja, sino también la Vega Baja, […].
En el año 1832, tres años después del gran terremoto, […], la marea sacó a la playa esponjas arrancadas del fondo del mar por las batidas de las olas. Con la fuerza del viento huracanado, poblose el cielo de nubes negras y se sintió un fuerte temblor de tierra […]” Datos extraídos del libro DOS SIGLOS DE HISTORIA DE LA PARROQUIA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN de Joaquín Montero.

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