Unos días antes de Navidad falleció Maurice Murrel Thacker, después de una larga enfermedad. El fue una de las tantas personas implicada en una variedad de eventos con fines benéficos.
Muchas personas que acudieron al funeral de Maurice comentaron lo caballeroso que era. Le encantaba pintar al óleo y presentó varias exposiciones en Torrevieja. En la sacristía de la Iglesia de la Inmaculada Concepción hay un cuadro del Cristo Crucificado pintado y donado por él. Así mismo pintó y donó un óleo de la Virgen de la Consolación que está expuesto en el Santuario de San Pedro y San Pablo ubicado en las Torretas.
El tenía una habilidad especial para pintar animales, ya que durante su servício militar en la Real Artillería de la Tropa del Rey, en el Reino Unido, el cuidaba de los caballos. Aprendió a trabajar el cuero y era capaz de hacer arneses e incluso sillas de montar. Esto le hizo aprender la anatomía de los animales, queda bien mostrado en sus múltiples cuadros de caballos, leones, tigres etc…
Durante la segunda guerra mundial y debido a los bombardeos en su Londres nativo. Maurice no tuvo la oportunidad de estar escolarizado mucho tiempo. En tres ocasiones su gran familia y él tuvieron que ser evacuados a otras casas, incluso en una ocasión durmieron en el bosque de Epping. Un día yendo él hacía la escuela, se encontró con que habían bombardeado la misma y habían fallecido una gran cantidad de niños.
Un maestro vio sus dibujos y le aconsejó que se dedicara a ello ya que sería su futuro.
Muchas de sus obras están repartidas por el mundo; América, Canadá, Rusia, Reino Unido y claro está España. Antes de venir a España jamás había viajado.Sin embargo su nueva vida le permitió viajar a muchos lugares del país y entre otros lugares a América, Méjico, Brasil, Caribe además viajó a Escocia que nunca había ido.
Maurice cantaba y en sus años jóvenes llegó a ser finalista en un programa de talentos, llamado “Carl Levy’s discovery program”. Ganó una de sus hermanas que era bailarina y detrás de él quedó Max Bygraves conocido de la época. Participó en otro programa, famoso en aquellos días que se llamaba “Six-Five Special TV Show “.
Además interpretaba música, enseñandose a tocar varios instrumentos, tales como el teclado, la armónica y la guitarra. Siendo su gran pasión sus “Huesos. Básicamente dos pedazos de marfil tallados por él de tal manera que producen un sonido muy semejante a las castañuelas.
Este instrumento era su gran introducción demostrando lo cercano que era a todo el mundo, era feliz acompañando a un músico callejero por el paseo.
En muchas ocasiones las personas que le oían le pedían permiso para intentar tocar los “huesos” no lo lograban sin embargo su nieto Bobby lo logró.
A través de éste instrumento llegó a conocer a muchas personas con las que después le unió una gran amistad. Eran personas muy distintas y de muchas nacionalidades incluida la española.
Tenía el don del comunicador y aún sin hablar más que su propio idioma, se hacía entender con todos ellos y siempre era el alma de la fiesta.
Las señoras le buscaban para bailar con él ya que era un gran bailarín de baile de salón, rock and rollo e incluso tango. De hecho hizo varios cuadros para un Restaurante Argentino de la localidad con temas del baile.
Durante casi 13 años ha vivido en Torrevieja amando, el estilo de vida español, el sol y el cielo azul que añadían una luz especial a sus cuadros.
A Maurice le encantaba la habilidad de los españoles para disfrutar las fiestas y como se vestían para ellas.
Carnaval, la Feria Sevillana, la noche blanca al final de verano, Halloween o un cumpleaños temático.
Maurice será terriblemente añorado los sábados por la noche en las cenas con baile del Restaurante Tuto, en donde era el primero en salir a la pista y el último en sentarse, incluso invitado por los músicos que actúan allí para acompañarles con su armónica, huesos o cantando.
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