Fernando Guardiola
Son muchas personas las que me paran por la calle y a veces me dicen que peco de “chauvinismo”, al considerar que muchas de las actuaciones de coros, grupos de baile, orquestas y bandas lo hacen bien, y califico sus actuaciones de “maravillosas”, “excepcionales” o epítetos de este tipo. Pues bien, es verdad, pero considero que pocos lugares de este país pueden tener una masa artística, a todos los niveles, tanto de grupos de asociaciones, como corales y músicos, bien sean agrupados o independientes que sean capaces de mantener un programa cultural, en el que día a día, fin de semana a fin de semana, llenen los espacios culturales de la ciudad de todo tipo de acontecimientos, que en otros pueblos se darían de tortas por tener aunque solo fuera uno de ellos a la semana. Y viene esto a cuento, por lo sucedido el pasado viernes y ayer en el Teatro Municipal con la representación del musical de Disney “Aladdín”. Pues ¿Qué quieren que les diga?, que fue algo sensacional, algo que no puede quedar en dos representaciones, sino que como sucedió en su momento con el primer gran musical que se realizó a cargo del C.P. Ciudad el Mar, “El Rey León”, se tiene que reponer. Todos conocemos la historia del cuento, por lo que obvio volver a contarles la trama, pero es importante comentarles la forma y el gusto con que los chicos de este centro se lo montaron. Se nota que detrás de esos vestidos, de ese atrezzo y de esa dirección hay mucho trabajo, mucho entusiasmo y sobre todo mucha unión y camaradería. Ricardo Recuero, director del Colegio y supervisor de cada minuto y de cada gesto, fue anoche la persona más feliz del mundo. Podría contarles el desarrollo de la obra, pero me parecería injusto e innecesario después de que este artículo este profusamente ilustrado con más de MIL fotografías de Pedro Grimao, Adrián Rodríguez y las de un servidor, y un impresionante video de Maricarmen Lavesa, divagar sobre el tema. Solo una nota más, todos los actores, bailarines y personajes de la obra merecen un sobresaliente, pero un tal Jon Alonso, es una Matrícula de Honor con reborde de Oro, porque demostró a su corta edad, llevar dentro un actor como la copa de un pino, no solo interpretando su papel, sino metiendo “morcillas”, algunas de sabor torrevejense y dando a su personaje una soltura que nos augura tener en un futuro un gran actor. A todo esto, destacar la presencia en la segunda representación del alcalde de la ciudad Eduardo Dolón, al que acompañaban varios concejales del Ayuntamiento de la ciudad, que mostraron su satisfacción por el espectáculo ofrecido por este grupo de más cien personas que nos permitieron el lujo de ver un gran musical, a la altura de cualquiera de los que se ofrecen en las mejores salas del país.
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