Objetivo Torrevieja

Con un elegante recuerdo a la poesía más combativa de Miguel Hernández

Álbum, pinchando sobre la foto

En la noche de ayer viernes 12 de julio, el Palacio de la Música acogió la presentación del número 55, correspondiente al verano de 2019, de la revista digital cultural Ars Creatio, que cada trimestre edita la asociación torrevejense del mismo nombre.
Paqui Delgado, miembro de su junta directiva y del consejo de redacción de la revista, fue la encargada en esta ocasión de anunciar al público los artículos, con sus respectivos autores, que podrán leer desde hoy en la dirección informática www.arscreatio.com.
La portada, una pintura al óleo titulada Sueños de verano, representa un día invernal de tormenta en una localidad de Rusia, que materializa así paradójicamente el deseo de sol y de verano. Su autora, originaria del citado país, es la joven artista Alsu Davutova, gran admiradora de los cuadros marítimos de Iván Aivazovsky.
Además del clásico editorial, que anima a disfrutar de los luminosos días del verano, y de las noticias que van completando el pormenorizado relato de las actividades de Ars Creatio, este número cuenta con los trabajos de Francisco José García Nieto (uno de los ganadores del concurso «Una imagen en mil palabras» en su edición de 2018) sobre la apasionante historia de las máquinas que compiten en ajedrez desde el famoso Deep Blue hasta las actuales, imbatibles para una mente humana; de Francisco Rebollo, sobre tres patrones de cabotaje torrevejenses; de Juan Antonio Pujol, que se adentra en un terreno poco habitual (pero no desconocido) en él como la historia, con un documentado estudio sobre el Cuartel de Carabineros y la Batería Antiaérea de Punta Prima, con la subsiguiente reivindicación del lugar para posterior conocimiento de todos; la sensibilidad poética de Rosalía Estela Salas; y los variados relatos de Manuel Pérez García y Conchita Moreno Alonso.

Antonio Sala Buades

Madre España (¿para qué quiero la luz si tropiezo con tinieblas?) es un recital fruto de una idea surgida al calor y al amor de la poesía en general, y a la de Miguel Hernández en particular.
En él, el público asistente disfrutó de algunos de los textos más bellos escritos por uno de nuestros poetas más celebrados en la plenitud y madurez de su obra literaria, en la etapa final de su corta vida, truncada por la sinrazón de ideas enfrentadas y peregrinas. Son poemas escritos en su etapa a la que se ha dado en denominar «poesía de guerra»; es el «poeta soldado» quien vuelca en sus versos, tras su crisis ideológica, el dolor que sufre por los estragos que causa la guerra, por las injusticias, la pobreza, el hambre, por la falta de libertad, por el yugo de la esclavitud al que se ven sometidos los hombres, pero sobre todo por España, la España por la que luchó y por la que murió, y a la que amó profundamente.
Miguel lanza un grito de dolor y un llanto de desesperación por la España que ve amenazada de ser fraccionada, y lo plasma en unos versos que nacen en lo más profundo de su corazón dolorido. Su poesía es atemporal, y lo que en ella denuncia de manera cruda, con rabia —a veces podemos llegar a pensar que cruel—, está hoy, ochenta años después, de triste actualidad.
El recital Madre España (¿para qué quiero la luz si tropiezo con tinieblas?) se centra en poemas extraídos de sus tres grandes obras: El hombre acecha (1938), Viento del pueblo (1936-37) y Cancionero y romancero de ausencias (1938-41), que fueron declamados alternativamente, con su proverbial maestría, por los recitadores Andrés Iglesias y Paco Oliveros. En todos, salvo en uno, tuvieron como acompañamiento una selección de música que se consideró adecuada para darle «más vida» y elevar la belleza, si ello fuera posible, a cada uno de los poemas que conforman el presente trabajo. Aunque una cosa tenemos clara, y estamos plenamente convencidos de ello: los poemas de Miguel Hernández no necesitan ningún aderezo especial para ser bellos, amados, y quedarse anclados en el fondo de nuestras almas. Son versos de amor, de vida, de muerte…
No todos los poemas seleccionados son conocidos popularmente, pero sí les podemos garantizar que todos son de una belleza singular; y que si ustedes, en la tranquilidad de su hogar al calor de una chimenea —en invierno, claro está—, a la orilla del mar en verano, en una casita rural en otoño, o apoyados en el tronco de un árbol disfrutando de los aromas del campo en la primavera, leen con detenimiento estos poemas, sacarán la esencia que contienen y llegarán a amarlos, y lo más importante, Miguel Hernández y su obra pasarán a formar parte de su vida.
No hemos pretendido, ni perseguido, hacer con este trabajo una puesta en escena magistral ni apoteósica, no; sólo hemos querido hacer algo decente, sublime, humilde, como era Miguel Hernández, como creemos que a él le hubiera gustado que se hiciera.
Miguel no ha muerto, Miguel es inmortal con su obra.

José Miguel Toro Carrasco

FICHA TÉCNICA

MADRE ESPAÑA
¿Para qué quiero la luz si tropiezo con tinieblas?
Poemario de Miguel Hernández

Recitadores: Andrés Iglesias Castelao y Francisco Oliveros Jiménez
Colaboración literaria: Jesucristo Riquelme Pomares
Colaboración musical: Aurelio Martínez López
Colaboración técnica: Antonio Ruiz Hurtado
Coordinación: José Miguel Toro Carrasco

Filed under: Actualidad, Asociaciones, Cultura |