Objetivo Torrevieja

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Como cada cinco de enero, la tarde de ayer, fue una de esas que los niños esperan con la ilusión la llegada de los Reyes Magos de oriente, una tradición que por mucho que empeñe el “Papá Noel”, no podrá nunca erradicar de la idiosincrasia de nuestros pequeños. El  barco “Espejo de Torrevieja”,  cargado de ilusiones, llegó al puerto de nuestra ciudad,  pasadas las cinco y  media de la tarde. A bordo del mismo SS.MM. los Reyes Magos de Oriente y su numeroso séquito, que llevaban en sus bodegas miles de regalos para los niños torrevejenses. Tras el breve discurso que  Rey Baltasar pronunció, presentando a su compañeros de viaje y a sí mismo, fueron recibidos por los niños ganadores del concurso “Carta a los Reyes Magos”, Rosana Gutiérrez y Paula Aniorte, que en sus misivas preguntaba a los Reyes su capacidad para multiplicarse por todo el mundo y repartir a mismo tiempo todos los regalos, a lo que respondieron que al ser “Magos” todo es posible. Tras saludar a muchos de los niños que se agolpaban en el recinto del puerto pesquero, dio comienzo la Cabalgata que estaba compuesta por unas doscientas personas. Desde su inicio en el Puerto,  hasta su llegada a la Iglesia de la Inmaculada, no quedó un solo resquicio sin personas viendo y aplaudiendo a la Comitiva Real, que  estaba encabezada por músicos de la Unión Musical Torrevejense, a ritmo de percusión y una “teatralización”, en la que un hombre dispuesto en bata y leyendo el periódico, observaba a sus hijos que estaban en un balcón saludando e incitando a los niños a cantar, mientras la mujer en otra plataforma, pelaba patatas de forma compulsiva. A continuación las diversas escuelas de baile de la ciudad, acompañaban la carroza de la oficina de correos de SS. MM. Los Reyes y los diferentes  boatos de los Reyes. Dos saltimbanquis precedían a la Estrella de Belén y a continuación las tres carrozas con los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar. Cada uno de ellos iba acompañado de una corte extraordinaria, en las que estaban formando parte de una ellas, la Reina de la Sal, Ainara Antelo y sus damas, Estefanía Veri y Marta Miguel. Por último desfilaron las burbujas de la ilusión y dos carrozas que repartieron cientos de juguetes entre los ilusionados niños, que echaron de menos en la cabalgata su parte más tradicional donde el pueblo hebreo desfilaba con sus animales y el Belén viviente. El momento cumbre de la cabalgata, fue la llegada de SS.MM. a la puerta del Templo, y allí pastores, y séquito, puestos de rodillas, adoraban al Niño, mientras los Reyes, le entregaban sus presentes. De nuevo Melchor, tomó la palabra para realizar la ofrenda del pueblo de Torrevieja y dos voluntarios se expresaron en inglés y ruso. Desde ahí la comitiva subió al Ayuntamiento, donde fue recibida por el alcalde, el cual tras la recepción oficial, le acompañó al balcón principal desde donde arrojaron al público una verdadera lluvia de caramelos. La visita al Consistorio acabó en el Salón de Plenos con tradicional brindis por los niños, la paz y la ciudad de Torrevieja y la degustación del tradicional Roscón de Reyes, regado con cava y sidra.

Visita a los niños enfermos y mayores

Como ya es tradicional los Reyes Magos, no olvidaron en su viaje a Torrevieja, visitar a los más desfavorecidos. Primero en la mañana de ayer, los Pajes Reales, visitaron la Residencia de la Tercera Edad de Torrevieja,  repartieron entre todos los residentes caramelos sin gluten  y lo que es más importante mucha ilusión. Por la noche y tras la multitudinaria cabalgata, los Reyes visitaron el Hospital Universitario de Torrevieja, a siete niños de diversas nacionalidades, algunos de ellos, con pocos días de vida. La visita fue acogida con expectación, por el personal sanitario, que acompañó al séquito real durante la visita facilitando en cada momento la misma. Para terminar las visitas, el cortejo real, con el alcalde José Manuel Dolón a la cabeza, se dirigió al Santo Hospital de la Caridad, de las Hermanas Carmelitas, donde un centenar de mayores recibieron a Sus Majestades, y fueron obsequiados con caramelos, mientras estos correspondieron con una degustación de roscón y chocolate caliente.

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