Jóvenes de Torrevieja ponen también de moda simbolizar con candados sus sentimientos y los atan al faro del Dique de Levante
KEVIN COVES /Diario INFORMACIÓN
Álbum del entorno, pinchando
El encanto de Torrevieja parece haber inspirado el espíritu romántico de algunas parejas, que al estilo de las novelas del exitoso escritor Federico Moccia han comenzado a atar candados en las barandillas del paseo de Levante, junto al faro de la ciudad, para sellar su amor. En el extremo final de la pasarela se pueden ver una treintena de candados de todo tipo, algunos con las iniciales de la pareja inscritas. Más pequeños, más grandes e incluso cadenas de bicicleta con código numérico adornan ahora las barras metálicas del paseo. Esta costumbre de enganchar un candado como símbolo de una unión irrompible se ha extendido por muchas ciudades del mundo como Roma, París, Florencia, Barcelona o Londres, y ahora le ha tocado el turno a Torrevieja, que ve cómo decenas de enamorados arrojan las llaves de sus corazones a un mediterráneo que las recibe como testigo y protector de su relación.
El dique de Levante es uno de los lugares más tranquilos y apacibles de la ciudad, donde la afluencia de personas es mucho menor que en otros puntos más turísticos y la calma de caminar sobre el mar permite a los paseantes perderse en sus pensamientos. Por eso, no es de extrañar que los enamorados hayan elegido este lugar para que sea la postal perfecta del viaje de sus vidas.
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