El Auditorio del Palacio de la Música, acogió ayer la última de las sesiones de las XXIII Jornadas Teológicas. El Teólogo José-Román Flecha, acompañado por el Párroco de la Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora y concejal de hacienda, Vicente Chazarra, nos volvió a hablar de la importancia de los jóvenes en la iglesia en esta ocasión con la relación de estos con los ancianos.
Hay que ayudar a los jóvenes a valorar las ricas experiencias del pasado, y a respetar como dice la Biblia las canas, pero sin apartarse del espíritu crítico e innovador que supone su juventud y vitalidad.
Ilustró Flecha su mensaje con frases tan significativas como “Si el joven supiese y el viejo pudiese, no habría cosa que no se hiciese” o “Si los ancianos no sueñas, los jóvenes no pueden mirar claramente el horizonte”.
Una simbiosis relativa desde la explosión de la plenitud de la vida y la decadencia de la misma, unida por la esperanza de la experiencia, las vivencias y el respeto entre ambas actitudes ante la vida.
Acabaron así tres días de charlas enriquecedoras como cada ocasión en que José-Román Flecha nos hace disfrutar con su verbo ágil y a veces divertido, haciéndonos reflexionar sobre aspectos de la vida, respecto a Dios y la religión que nos hacen esperanzarnos en celebrar las XXIV Jornadas de Teología
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