Lo hizo con el “alegato posidónico” de Alfonso Ramos
Antonio Sala Buades
A las ocho de la noche de este viernes, 29 de septiembre, dio comienzo en la Sociedad Cultural Casino el IX Ciclo de Conferencias “Torrevieja y el Mar”, que organiza cada año Ars Creatio para difundir y valorar diversos aspectos de nuestro litoral. Presentó el acto la doctora María Luisa Molina Gallego, que agradeció al Casino su colaboración y ofreció una semblanza del que fue su profesor, Alfonso Ángel Ramos Esplá, catedrático de Biología Marina de la Universidad de Alicante y director científico del Centro de Investigación Marina de Santa Pola, en la actualidad inmerso en apasionantes proyectos científicos.
El título es tan explícito como el propio contenido de la conferencia: «Nuestra Posidonia, la gran desconocida e incomprendida “alga”». Con un estilo directo y diáfano, Alfonso Ramos instruyó al público asistente sobre las propiedades de esta planta endémica del Mediterráneo —si bien desaparecida en algunas zonas orientales—, de importancia fundamental en el mantenimiento de las costas, aunque también «vituperada por los turistas». La Posidonia, que debe su nombre al dios Poseidón, como sugiere el entrecomillado del título, no es un alga, sino una planta con raíces, tallo, hojas, flores y frutos. Como las ballenas, es una especie terrestre adaptada al medio marino. Relicta del mar de Tethys —desde hace 120 millones de años—, se quedó en el Mediterráneo cuando los dos grandes continentes se aproximaron. Vive desde la superficie hasta los 40 metros de la profundidad, hasta donde llega la luz para la fotosíntesis. Entre sus peculiaridades, se encuentra la de crecer un centímetro al año. Por su contenido en silicio y taninos se usaba en la fabricación de redes, que eran imputrescibles. Forma bosques, habitualmente llamados «algueros», donde encuentran refugio un millar de especies marinas, algunas protegidas o de alto valor comercial. Los «algueros» producen gran cantidad de oxígeno, además de proteger la costa de la erosión por oleaje y dar estabilidad a las playas.
Por su valor ecológico, está protegida por organismos nacionales e internacionales, como la Unión Europea. Gracias a ello se ha conseguido conservar praderas de Posidonia en los últimos años. Sin embargo, continúa amenazada por las obras costeras, el dragado de puertos, el anclaje inadecuado de embarcaciones, la pesca ilegal de arrastre o los vertidos de aguas residuales.
Entre los usos tradicionales o modernos, destacan el embalaje, la construcción (aislante de techos y paredes), insecticida (evitando la proliferación de chinches en los colchones), ganadería y agricultura, como infusión y contra el bocio. Incluso se aplica en cosmética y como protector guardarraíles.
El ponente desmintió la falsa imagen de suciedad que se cree en una playa con Posidonia. Al contrario, es síntoma de limpieza y garantía de las aguas del baño, como ya empieza a venderse en una región tan turística como Baleares. En nuestra provincia, se ha conseguido evitar la recogida de Posidonia en los meses de menor afluencia turística (entre septiembre y marzo).
Varios de los asistentes, muy interesados, hicieron preguntas al ponente, y reconocieron la importancia de este tipo de conferencias para difundir un bien de la humanidad como la Posidonia, que regenera y protege las playas de modo natural y gratuito.
Hoy sábado, a la misma hora, se cerrará el IX Ciclo “Torrevieja y el Mar” con la conferencia de Rafael Torres Montesinos «Restos arqueológicos en Torrevieja».
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