Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobe la foto

Cuando a principios de mayo de este año el pintor y escultor local Víctor García Villagordo, recibió el encargo del Párroco del Sagrado Corazón de realizar una talla representando a San José, esposo de María y padre de Jesús. Se puso en marcha la maquinaria imaginativa de este artista del buril. No crean ustedes que cuando un cura dice de poner una imagen en un templo es cosa de “coser y cantar”, y se va una tienda de accesorios religiosos y en un catálogo se elige una imagen al buen “tun-tún” y punto. Pues no. Primero el párroco medita muy bien la ubicación, y pide la opinión del obispado y una vez recogida esta información, se ejecuta el encargo. El imaginero, en este caso Víctor García (en adelante “el escultor”, como en los contratos),  hace varios bocetos al carboncillo, que retoca y retoca hasta dar con la que cree más adecuada, y se la presenta al párroco que da el visto bueno. En este caso se optó por un imagen de estilo neobarroco, y de 170 centímetros de altura. Obtenido el mismo, la imaginación del escultor se pone en marcha y lo primero que hace es realizar una réplica a escala en barro que le servirá a la postre de modelo. Después se provee de un sendo “tocho” de madera de cedro del Líbano. ¿Y porqué del Líbano, se preguntareis ávidos lectores?, pues muy sencillo, la madera de cedro es de una calidad y características ideales para la imaginería  y aunque hay varios tipos de cedro como son el africano del Atlas, el del Himalaya o el de Chipre, este es el más dúctil. A lo que vamos, que se nos va el Santo al cielo, … y nunca mejor dicho. Durante unos meses el escultor, fue urgando en la madera buscando con delicadeza cada rasgo de las dos imágenes que componen la talla, el propio San José y el Niño, perfilando cada pliegue, cada detalle, … elige y coloca los ojos, realiza los rizos y bucles del cabello de las mismas y procede al policromado, palabra mixta que procede del griego polis “mucho” y cromo “color”, o sea dar muchos colores a la talla. Una vez “coloreada”, se realiza el “estofado”. No vayan a pensar por un momento que el escultor para celebrar el final de esta etapa, encarga a su sufrida madre un “estofado de ternera” e invita  los amigos …  ¡nooooo!. El estofado es una técnica en la escultura consistente en raspar el color aplicado sobre superficies previamente dorada haciendo dibujos de modo que aparezca el oro situado debajo. Esta técnica es muy utilizada desde el siglo XVI, sobre todo en tallas policromadas, como la de San José que nos ocupa, para imitar vestimentas suntuosas.

Una vez estofada, se dan los últimos retoques, y se les provee de los atributos propios de  la imagen, como las coronas y en el caso de San José una vara florida. ¡Ah!, lo olvidaba, la imagen se sitúa sobre una nube, que significa, o eso creo yo, que esta en la gloria.

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