En la noche de ayer, al finalizar la Celebración de la Eucaristía vespertina, tuvo lugar un año más, la tradición de realizar la Bajada de Cristo Crucificado desde su altar en la Parroquia de la Inmaculada, para ser expuesto ante sus cofrades y devotos y recibir la debida veneración. Un acto que emocionó a cuantos lo vivieron, en especial sus costaleros, que presenciaron como su capataz, Agustín Martínez Rufete, como hiciera José de Arimatea, ascendió por la escalera para dirigir el descendimiento de Cristo.
Una vez bajado, fue llevado a hombros, por sus costaleros con el capataz Nicolás García Villargordo, hasta el altar mayor, mientras Aurelio Martínez, entonaba al órgano un fragmento de la Pasión según San Mateo de Johann Sebastian Bach y la melodía de la Plegaria al Cristo Crucificado del propio Aurelio Martínez
Previamente tuvo lugar la Liturgia de la Palabra oficiada por el sacerdote Mikel Uribe, acompañado del presidente de la Cofradía, Eduardo Aranda Carreño
La bajada de Cristo, dará paso al Vía Crucis al Calvario que tendrá lugar esta noche a la 21,00 horas, y cuyas estaciones volverán a ser cantadas por el Coro Maestro Ricardo Lafuente, según la composición del Vía Crucis del propio Ricardo, compuesta en 1982 como regalo a la JMC recién fundada.
A la llegada a la plaza del Calvario, les esperará la Agrupación Coral Manuel Barberá, dirigido por Sergey Larkin que entonarán “La Pasión de la Tía Tortas”
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