Objetivo Torrevieja

A partir de hoy y coincidiendo con cada día de la semana, “Objetivo Torrevieja”, le ofrecerá un recordatorio de la Semana Santa pasada, con textos y fotos inéditos, para su recuerdo

Alfonso Pascual

Álbum, Pregón 2013

Álbum, procesión de las Palmas

Álbum, procesión de las Mantillas

Tras el emotivo Pregón pronunciado unos días antes por Rosa Escámez Pina que abría los actos de la Semana Santa de 2013, llegaba el 24 de marzo, Domingo de Ramos, que con un cielo amenazante lleno de nubes, nos hacía presagiar lo peor, aunque gracias a Dios, según avanzaba la mañana, fueron abriéndose claros que dejaban asomar algunos rayos de sol. Durante toda la mañana, se dejó sentir una fresca brisa que competía con el calor humano de los cientos y cientos de niños acompañados de sus padres que formaban la comitiva procesional en un desfile dedicado a los más pequeños, que acompañaban a las imágenes de Nuestro Padre Jesús Triunfante de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Triunfante y Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz y, San Juan Evangelista. Sobre las 10 y media de la mañana, comenzaba en la Plaza de Oriente y a las puertas del Templo del Sagrado Corazón de Jesús la bendición de las palmas que corrió a cargo del párroco Ginés Ortiz, dando paso a la procesión que discurrió por las calles Zoa y Caballero de Rodas, para finalizar en el Templo Arciprestal de la Inmaculada Concepción donde se celebró la Misa de Domingo de Ramos. Junto a ellos, les acompañaba el trono infantil del San Juan, con los Santos Evangelios. Llegada la tarde, a las 8,30 h, daba comienzo la segunda procesión del día, la de las Mantillas, en la que participaban las cofradías de la Convocatoria y la de Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz que al más puro estilo sevillano y con sus pinceladas torrevejenses, se ha convertido en una cita obligada del Domingo de Ramos. Desde el Templo del Sagrado Corazón de Jesús, por las calles Zoa, Ramón y Cajal, Paseo de la Libertad, Joaquín Chapaprieta, Ramón Gallud, Patricio Pérez y Caballero de Rodas, interminables colas de nazarenos, niños y mantillas, nos anunciaban que la Semana de Pasión ya había comenzado.

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