Emocionante y precioso avistamientos de delfines de unas dos horas, imposibles de olvidar
Frente del puerto de Torrevieja, mar adentro, Ana Meléndez y varios amigos, coincidieron en una concentración de un grupo de unos cuarenta individuos de Delfín Mular. Los tenían a todos a su alrededor, de tal forma que no sabían para dónde mirar: adultos, jóvenes, crías nadando sin orden.
Cuando iniciaron la marcha, ya más ordenada, hacia el sur en paralelo a la costa, se separaron en pequeños grupos. A la cabeza los adultos más grandes, en medio jóvenes que de vez en cuando daban saltos y a la cola la guardería con las mamás y las crías que asomaban la cabeza con toda la curiosidad del mundo para ver quién eran los asombrados humanos que les acompañaban. Los jóvenes se acercaban y pasaban por debajo de la embarcación ¡Qué belleza!.
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