Un edificio situado en la Avenida de la Libertad y que hace varios años, fue declarado en estado de “inminente ruina” por el Ayuntamiento, fue derribado ayer por la mañana, habiendo transcurrido los dos meses de exposición para alegaciones y obtenidos todos los permisos pertinentes. Hasta aquí no sería noticia, si no fuera porque dicho inmueble era propiedad de la mercantil Peysa y de otra conocida empresa torrevejense de “Travesías Turísticas”. El reparto del inmueble era del 70 y 30 por ciento, a favor de Peysa. Por lo que cuando el Ayuntamiento les instó al derribo oficialmente y como sucede de forma preceptiva, marcando unos plazos transcurridos los cuales, si los propietarios no lo hacen, es el Ayuntamiento el que procede al derribo, cobrando posteriormente el coste del mismo al o los propietarios. Según fuentes de Peysa, hace unos meses se pusieron en contacto con los propietarios del, recordemos 30 % de la finca, para exponerle la decisión de derribarlo, recibiendo “largas” y más “largas”, haciendo que la situación desembocara, con la decisión de Peysa de proceder al derribo del edificio, de forma unilateral y tras haberlo comunicado a los abogados, a través de burofax, de la otra parte, tras haber estado apuntalado y dado el peligro que ya suponía para los viandantes. De tal forma que ayer cuando se procedía al derribo, la otra parte, no se mostró de acuerdo con el mismo, exponiendo en público que lo que se estaba realizando era “ilegal”, provocando, y siempre según fuentes de Peysa, que en varias ocasiones, tanto la policía local como la Guardia Civil, instaran a promotores y ejecutores del derribo, la documentación pertinente, comprobando que la misma estaba en “regla” y que se habían cumplido los trámites obligatorios, incluido el corte de la calle, de forma rigurosa.
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