Joaquín Albaladejo
Exdiputado Nacional del Reino de España
La guerra es fea. Nadie quiere ni ir a ella, ni hacerla. Hemos vivido en Europa unos años extraordinarios desde la década de los ochenta del pasado siglo. En esas cuatro décadas por supuesto que han pasado cosas. Importantes. Algunas graves y dolorosas. Pero en términos generales hemos pensado que nuestro territorio o bien era inmune a repetir los errores nacionalistas que provocaron las dos guerras mundiales, o bien ejercíamos extraordinariamente de actores mudos y sordos cuando nos reventó la vergonzosa explosión de Yugoslavia y los atroces crímenes de guerra que se ejecutaron en Los Balcanes.
Tómese nota que en ese periodo los europeos no quisimos darnos por aludidos directamente en este conflicto como tampoco lo hicieron los rusos con la obra política yugoeslava destruida del General Tito. Hemos crecido en la creencia de la bondad de todo. Que nadie podría desde una posición de supremacía tras renunciar a nuestros intereses colectivos por una supuesta “bondad mayor” extorsionarnos y amenazarnos con bombas nucleares. Pues ha pasado; o mejor dicho está pasando.
¿Dónde estáis los del “NO A LA GUERRA”? ¿En qué oscuro agujero os habéis escondido aquellos que yendo de bondadosos progresistas ahora calláis como puertas?
El mutismo de los socialistas y comunistas que abrazados en la defensa de falsos ideales inalcanzables por irreales ahora no son capaces de arrancar ni una mínima movilización contra la guerra como le hicieron al Partido Popular en el Gobierno, recuerda lo que está pasando en el Hospital de Torrevieja.
¿Os acordáis de las movilizaciones de unas veinte personas, algunas venidas de Castellón, en la puerta del Hospital antes de la reversión pidiendo que la Sanidad fuera pública en Torrevieja cuando ya lo era, haciendo el mayor de los ridículos?
Hubo medios de comunicación que ante esa movilización mínima les regalaban hojas de periódico afirmando que ese tipo de acto cutre contaba con el apoyo de ochenta organizaciones y entidades mintiendo a todos y faltando a la más absoluta de las verdades. Nos engañaron obviamente. Vendían que la gestión sanitaria de una empresa era el horror. Sin embargo el horror hoy es ver que una mujer de Torrevieja con una anomalía detectada en un pecho no se le practicará una mamografía hasta dentro de seis meses en el mejor de los casos. Una golfería amigos. Hemos sido engañados por los propagandistas Socialistas y comunistas.
La Sanidad Pública en manos de la Consellería se ha hundido como se anunció que ocurriría. ¿Dónde estáis todos aquellos que decíais que con Ximo Puig todo iría mejor? ¿Ya no os manifestáis? ¿Sois los mismos que los del “NO A LA GUERRA”? La dosis de realidad que revienta los ideales progresistas irreales tienen las mismas consecuencias en Ucrania y en el Hospital de Torrevieja: la muerte; el dolor y la desesperación.
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