Crónica de Rafa Ballester
Foto y Videos: Alfonso Pascual, Pedro Grimao y F.Guardiola
El Balonmano Atlético de Madrid selló su pase a la final de la XXXVII Copa del Rey en un partido en el que no ofreció ni un instante a la presión del Infanta Cristina de Torrevieja y mantuvo en todo momento el control de un partido del que el equipo anfitrión que estuvo a merced de la gigantésca superioridad rival.
Los instantes iniciales fueron un tanteo entre los dos equipos en el que quedó claro que tanto Dimitrije Pejanovic como J.J. Hombrados estaban bajo los palos para intentar que sus equipos sobrevivieran al intenso partido que iban a vivir.
Los salineros pecaron de un ataque horrible durante el primer tiempo, no solo por la acertada defensa del Atlético de Madrid con un 5-1 presionante que ahogaba al centro de la ofensiva torrevejense, también víctimas de sus propios errores y precipitaciones, que se mostraron de todas clases, pasos, faltas en ataque infantiles. Manolo Laguna tenía un problema excesivo en ataque para el rival que tenía enfrente.
Los madrileños no iban a errar tanto como para dar alas a un equipo respaldado por su público.
A pesar de ello, el Torrevieja conseguía mantenerse en el partido gracias a una defensa que no dejaba al equipo colchonero lanzar con comodidad.
En el ataque, el ilicitano Eloy González, desde el pivote, conseguía mantener cierta esperanza en las opciones salineras. En cambio, Rodrigo Salinas no se mostraba con el incisivo lanzamiento del partido anterior ante Caja 3.
Los rojiblancos machacaban, y a cada recuperación de balón le seguía un gol en contraataques explosivos que minaban la moral de los jugadores locales y su parroquia.
Fruto de ese mal ataque se llegó al marcador con un cómodo 9-13 para los rojiblancos, que ya se veían con pie y medio en la final copera.
Al comienzo de la reanudación, el Torrevieja intentaba recuperar a hombres que hasta el momento habían tenido una excasa participación, como Abraham Rochel y Pepe Novelle mientras intentaba seguir manteniendo la intensidad ofensiva. Fruto de esa agresividad llegaron las exclusiones de los hombres que componían el centro de la resistencia salinera, Rasic y Chernov, y dejaban al equipo local con cuatro jugadores en pista, que a pesar de todo, aguantaron bastante bien la notable superioridad atlética.
Los rojiblancos obligaban al Torrevieja a realizar ataques largos que no terminaban de amedrentar a la defensa custodiada por J. J. Hombrados. Mientras tanto, Eloy González seguía siendo el pilar por el que se sostenían las esperanzas del equipo salinero.
Los jugadores de Manolo Laguna sufrían demasiado en defensa el buen hacer de los rojiblancos, que pagaron con numerosas exclusiones.
Con casi un cuarto de hora por delante perdiendo de tres goles, el público del Infanta Cristina volvió a hacerse notar. Pero de nuevo la ansiedad por acercarse más, llevo al Torrevieja a cometer más precipitaciones y errores que aciertos. En ese momento, apareció de nuevo la figura de Hombrados, que salvo un par de balones que podrían haber incrementado la presión sobre los madrileños.
Joan Cañellas era el alma por el que pasaba la coordinación del ataque del Atlético de Madrid. El internacional español se encontraba cómodo en el ambiente hostil del Infanta Cristina y se atrevía a llevar la voz cantante en el ataque rojiblanco.
No era el día del Torrevieja al que apenas le salía nada y que sobrevivía con las concesiones del Balonmano Atlético de Madrid que dejó que los minutos consumieran un partido controlao desde el pitido inicial.
Al final, la parroquia salinera no tuvo apenas la oportunidad de dejar que su equipo ilusionara un partido que, de ganarlo, habría sido más que un milagro, por el que la afición torrevejense estuvo dispuesta a esperar hasta el marcador final de 20-27.
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Filed under: Deportes | Tagged: Copa, madrid, rey, torrevieja |
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