Crónica de Rafa Ballester / Fotografía: Alfonso Pascual y Pedro Grimao
El equipo de Antonio Cámeron fue inapelable en labores defensivas, lo que facilitó desde el inicio que los salineros se marcharan en el marcador. Durante los primeros treinta minutos, el partido resultó reñido, pero siempre marchó a favor de los intereses torrevejenses. La contundencia defensiva y la portería del Mare Nostrum permitieron un ataque pausado que nunca dejó de dar frutos. Tras los primeros treinta minutos, los de Antonio Cámeron ganaban 14-10.
En la reanudación, el equipo salinero fue un vendabal contra el que nada pudo hacer el equipo vallisoletano. A la defensa se sumó una rápida salida de balón y una gran actuación de las primera líneas, Joaquín López, Pedro Quesada y Antonio Guilla. Los torrevejenses abrieron brecha (19-28 minuto 50) y las caras de los jugadores empezaban a reflejar la consecución del ansiado ascenso. Al final, tras muchos minutos de trámite, el marcador reflejó un 27-32 que no demuestra la rotundidad defensiva de los de Cámeron a lo largo del partido.
Con el pitido final, jugadores y aficionados desplazados desde Torrevieja saltaron al 40×20 para celebrar este ascenso que los chicos de Antonio Cámeron repiten de manera consecutiva. De esta manera, los torrevejenses cierran una temporada inapelable en la que finalmente han demostrado que su lugar, al menos deportivamente, es la primera división estatal.
Por parte del Mare Nostrum jugaron: Carlos González (portero), Pepe Gil (2), Joaquín López (8), Pedro Quesada (8), Antonio Guillamó (6), Rafa Ballester (1), Alex Klyuchnikov (1) – siete inicial. También jugaron: Francisco Gili (1), Francisco Vera (1), Francisco Camacho, Iván Ríos (1), Maxi Kylychenko (2), Jordi Llach, Alejandro Pérez y Kevin Gumprecht.
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