Objetivo Torrevieja

Álbum recuerdo de la inauguración, pinchando sobre la foto (en breve ofreceremos imágenes actuales

Hace ya un año y medio que el “Bar Rojo” reiniciaba una nueva etapa, reabriendo el local con una masiva asistencia de público,  que en algunos momentos llegó a colapsar el acceso al local y que se pueden cifrar en casi quinientas personas, tras un periodo de transición en que la familia fundadora del mismo  había optado por su arrendamiento y cuando hacía  unos meses se celebraba el 50 Aniversario de su apertura. Desde entonces el  “Bar Rojo”, retomó su pasado y lo hizo  futuro con Mari Tere Sáez a la cabeza y con su hija Maite González y el marido de esta, Vicente Manzanares, dándole la réplica. Con ese nuevo equipo renovado y lleno de ganas de ofrecer lo mejor a torrevejenses y visitantes.  Volvieron  las típicas tapas de “toda la vida” como el “Chimichurri” y  las “Verbenas” , las pelotas, ternera en salsa, Callos (¡ojo”! “caseros”), michirones, manitas de cerdo y platos tan exquisitos como la parrillada de verduras o los cinco tipos de arroces o sus generosas raciones de sepia, Atún, etc.  y que pueden disfrutar y dar fé de su exquisita preparación, todos los que desde entonces, y son miles, se acercan cada día a un local que está abierto, todos los días de las 6,30 horas de la mañana (indecente hora en que aún no estas “puestas ni las calles”), hasta que el cuerpo y los clientes aguanten.

Breve historia del “Bar Rojo”

Era un 18 de marzo de 1964 cuando Gregorio González Ortigosa, junto a su mujer Ángeles Ruiz, deciden montar un Bar en Torrevieja y para ello le piden a su hijo Juan Manuel “el rojo”, casado con Mari Tere Sáez que les apoyen en la idea. Así nace hace cincuenta años uno de los Bares con más solera de nuestra ciudad y que por expreso deseo del padre quieren que se llame “El Rojo”, apodo que recibía su hijo. Desde su creación ha estado situado en el mismo lugar, en la calle de San Pascual, 145, en la antigua Plaza de las Mazas, que por aquel entonces era una especie de era sin asfaltar y donde las mesas se disponían durante el buen tiempo para solaz y disfrute de sus numerosos clientes. En 1992, en Bar pasó a manos de Juan Manuel, que con su esposa Mari Tere y sus dos pequeñas hijas Maite y Marian, consiguieron hacer del local un lugar de referencia gastronómica, donde las crustáceos y frutos del mar eran la tarjeta de presentación del mismo, hasta tal punto que llegó a llamarse el “Bar de las gambas”. En el año 2000, Juan Manuel enferma y deciden arrendar el bar a otras personas, ya que su estado requería de muchos cuidados que su esposa Mari Tere, siempre de procuró hasta su muerte en 2004. Después de pasar por el local cuatro arrendatarios y tras cumplir 50 años, ayer de nuevo la historia volvió a dar otra oportunidad al buen servicio y la tradición con la reapertura del mismo.

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