Una vez más Torrevieja se echó a la calle en la tarde-noche de ayer para acompañar a la patrona, La Purísima Concepción, en su magna y solemne procesión que arrancó pasadas las siete y media de la tarde desde su templo arciprestal, después de la solemne misa que ofició el vicario parroquial, Pedro Payá y que estuvo amenizada por la Masa Coral “José Hódar”. La procesión fue abierta por los charamiteros que interpretaron tradicionales melodías con la dulzaina y el tamboril, la Cruz Parroquial y ciriales, seguida del estandarte de la Asociación Hijos de la Inmaculada y la banda de la Sociedad Musical “Ciudad de Torrevieja – Los Salerosos”, naciendo a continuación dos largas hileras de alumbrantes que, por segundo año consecutivo, hicieron gala de una buena organización. Dicha asociación puso a la venta hasta 400 velas con un nuevo guardabrisa con la imagen de la patrona y el escudo de la entidad, pero fueron muchos más los que decidieron acompañar a la virgen con sus velas traídas de sus casas y las que adquirieron en los clásicos puestos que se colocaron en los alrededores de la Iglesia. La Purísima ya salió desde el interior del templo a los acordes del himno nacional que interpretó el profesor, Jorge Carrasco en el órgano monumental de tubos del templo y que dio paso al recibimiento que ya en la calle hizo también con la marcha real la banda de la Unión Musical Torrevejense. La presidencia eclesiástica estuvo encabezada por el párroco-arcipreste, Manuel Martínez, acompañado por el vicario, Pedro Payá, el canónigo y anterior párroco – arcipreste de Torrevieja, José Antonio Moya Grau y el diácono de Torrevieja, Kamil Krzysztol. Por su parte la presidencia civil la ostentó el presidente de la Asociación Hijos de la Inmaculada, Antonio Aniorte, acompañado por el diputado nacional, Joaquín Albaladejo, el vicepresidente de la Diputación de Alicante, Eduardo Dolón y la inmensa mayoría de los concejales del grupo del Partido Popular, así como el portavoz del grupo de Sueña Torrevieja, Pablo Samper.
La virgen, sobre una nube de orquídeas que fueron donadas por una señora socia de los Hijos de la Inmaculada que prefiere mantenerse en el anonimato, lució la cruz de los esmaltes que perteneció a la anterior imagen de La Purísima, así como la corona aureola de su coronación canónica de 1966 y la corona imperial con que le obsequió, José Mellado en los años 80. También llevó el bastón de mando de alcaldesa honoraria de Torrevieja que le entregó el alcalde, Pedro Hernández Mateo, al cumplirse 30 años de dicho nombramiento.
Varios fueron los momentos más destacados de la procesión que siguieron miles de personas, como cuando al llegar al Casino la virgen fue homenajeada con una lluvia de papelillos azules y cuando fue vuelta hacia el mar con el consiguiente saludo en forma de pólvora y el disparo de un castillo de fuegos de artificio. Después a la llegada de la imagen a las antiguas escuelas graduadas, actual Biblioteca Municipal, la Masa Coral “José Hódar” entonó la emotiva habanera “A mi añoransa” de Cerdán y Vallejos. Finalmente en la calle Azorín y en las cercanías de la sede la Hoguera Molinos del Calvario, por iniciativa de ésta se disparó una profusión de fuegos artificiales, así como fue lanzada sobre la imagen una espectacular petalada de flores. La comisión también aportó saludos en forma de pólvora tanto a la salida como a la entrada de La Purísima a su templo. La virgen entró en su casa sobre las nueve y media de la noche entre vítores y aplausos y la interpretación de la Salve Marinera y el Himno a la Inmaculada, a cargo del Orfeón de Torrevieja y la banda de la Unión Musical Torrevejense que hizo vibrar a las cientos de personas que llenaban a rebosar el templo.
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