El Colegio de Enfermería de Alicante quiere trasladar al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la necesidad de que la corresponsabilidad tan demandada a la ciudadanía por su parte sea de aplicación a la gestión que se está llevando a cabo de la pandemia provocada por la Covid-19.
Desde la entidad colegial se considera que teniendo una incidencia acumulada muy por encima de la media nacional, una ocupación hospitalaria/Ucis en situación extrema, y acercándonos a los 4.500 fallecidos, pedir un esfuerzo a la sociedad en la lucha contra el coronavirus debe tener correspondencia en una óptima gestión de los recursos y políticas sanitarias en diferentes frentes.
Uno de ellos es el de la gestión de la segunda dosis de las vacunas. Ante la llegada de 30.000 dosis de Pfizer, estas deben ser administradas adecuadamente para garantizar la inmunidad de quienes ya recibieron la primera dosis. Además, se debe contar para los nuevos vacunados con los profesionales sanitarios del sector privado. Algo que incomprensiblemente no se ha hecho hasta la fecha. No se debe esperar a la llegada de la vacuna de Moderna, pues todos los sanitarios tienen el derecho de recibirla desde el primer momento.
Además, y abundando en el aspecto de la vacunación, se debe planificar convenientemente el ritmo de vacunación de todos los grupos, pues al ritmo actual se tardará mucho más de lo anunciado en conseguir que toda la población de la Comunidad Valenciana esté vacunada. Para ello resultará fundamental hacer una buena planificación y tener en cuenta la bolsa de voluntarios que se ha creado en nuestros colegios para suministrar la vacuna. También se podría recurrir a personal que por sus turnos de trabajo y descanso tendría posibilidad de colaborar si lo decide de forma voluntaria, para los cuales no debería haber trabas administrativas por incompatibilidades. De este modo no podrá haber excusas sobre falta de personal para seguir adelante de forma ágil con el proceso de vacunación.
Otro aspecto práctico a tener en cuenta tendría que ver con el uso de jeringuillas adecuadas para poder obtener más dosis de cada vial, lo que permitiría inmunizar a más personas. Así, y tal y como se ha indicado desde la Organización Colegial de Enfermería de España, hay que tener en cuenta que con el proceso de dilución de la vacuna se pierde un poco de producto, pero daría para las seis dosis si se cuenta con jeringuillas precisas y sobre todo de las más nuevas, que tienen una especie de abultamiento en el émbolo para que se aproveche la mayor parte del producto. En todo caso, y por encima de todo, debe prevalecer la seguridad de profesionales y pacientes, por lo que es necesario que las jeringuillas que se emplean para esta campaña de vacunación masiva cuenten siempre con mecanismos de bioseguridad.
Desde el Colegio de Enfermería de Alicante se quiere insistir también en facilitar a la población el acceso a las mascarillas bajando el IVA de las FFP2 y con la gratuidad de las quirúrgicas. No se debe permitir que la falta de recursos económicos de muchas familias provoque que se dé un uso inadecuado a las mascarillas no pudiendo renovarlas con la frecuencia correcta, perdiendo así su efectividad.
Asimismo, se debe recompensar a todos los profesionales sanitarios por igual en estos momentos en el que todos están realizando un sobre esfuerzo para dar respuesta a las excepcionales necesidades de la sociedad.
Y por último, si es necesario aplicar mayores medidas restrictivas, como un confinamiento mas intenso, se deben llevar a cabo sin que en su aplicación planee la duda de ocultos intereses de estrategia política.
Las enfermeras y enfermeros están haciendo sobradamente sus deberes en esta situación pero los responsables políticos también deben dar ejemplo, sobre todo no colándose para ponerse la vacuna cuando hay miles de profesionales del sector privado trabajando en primera línea que no han tenido aún acceso a ella.
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