Objetivo Torrevieja

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Se hizo ayer la penumbra en el Salón de baile del Casino de Torrevieja, a petición del ponente, Carlos de Hita, para que la luz de la luminosa tarde mediterránea de Torrevieja y sobre todos el sonido del tráfico, no interfirieran, ni la armonía, ni la atención de lo que, tras ser introducido por la concejal de medio ambiente, Fanny Serrano y la presentación del gerente de Agamed, José Manuel Nadal, nos quiso regalar en un concierto de sonidos de la naturaleza, en que la base fue la llamada del amor en el mundo animal. Se nota en Carlos, que tiene un sentido más que el resto de los humanos, su sensibilidad a medir los diferentes matices de los sonido de aves, mamíferos, peces e insectos, dan la sensación de que solo él es capaz de “limpiar” de contaminación sonora, cualquier resquicio de lo que no debe de oírse en una grabación, que más parece una sesión de una estrella musical del momento en un gran estudio, que un “concierto” habitual de seres vivos, que escriben en el aire su propio pentragrama.
Carlos de Hita hace narraciones y relatos, lo que el mismo se autodenomina, es un “cuentista” y traslada esos relatos a un paisaje, donde solo se escucha la nitidez de los infinitos mensajes de unos animales a otros, nunca dedicados a nosotros los humanos. En esta época son miles los mensajes universales que se cruzan entre ellos, como un macho que está llamando a una hembra o un macho llamando a otro macho. Su charla se centra en una pantalla en la que aparecen diversos mapas conceptuales, donde podemos ver en movimiento la forma de las ondas sonoras, según los diferentes tipos de sonidos en sus cuatro parámetros: Altura, Intensidad, Duración y Timbre; como la cadencia natural de sus “voces”, a veces se repiten como el estribillo de una canción cualquiera. Nos habló Hita de la histeria del sonido de Grillo, o el “calor” que produce el canto de amor de la chicharra, de donde procede la palabra. “achicharrarse”. En su relato musical nos fue mostrando los sonidos tan diferentes y tan inéditos, como el de una nube de mosquitos y como cambia de cadencia, cuando las hembras de están en celo, agudizando su canto. El sonido de naturaleza es un mensaje universal. Incluso las ranas croan de una forma acelerada, utilizando sus bolsas como amplificadores, pudiendo cantar bajo el agua, haciéndose parecer más de lo que son. Nos introdujo luego en la sala sinfónica de la naturaleza, donde su orquesta la componen las aves, instrumentistas sonoros, en los que podemos encontrar en su canto, notas que podemos adecuar al lenguaje musical. Así a través del sinograna, que es una caligrafía de los sonidos, nos mostró en un inimitable concierto los cantos del . Cuco o el búho, cuyas notas reverberan y dibujan el valle o una pared que tiene delante y de la que incluso podríamos saber la distancia, pudiéndose ver el sonido literalmente. Nos trajo a nuestros oídos las “voces” de las rapaces de España que trasladan su orquesta a la oscuridad de la noche, con “artistas” del calibre del búho real, el búho chico, el carabo, el mochuelo el autillo, el mochuelo boreal, la lechuza común, el alcaraván europeo o el Chotacabras europeo. A veces, algunas aves en sus sonidos, parecen marcar voces humanas. La perfección llega con unos cantos muy elaborados. Hay algunos pájaros que les gustan cantar a compás, como el carbonero, el chichipán, el Carbonero garrapinos. Pero aunque la fama se la lleva el ruiseñor, el pájaro que se lleva la palma es el mirlo, que busca su canción y cuando la encuentra se forma su propia banda sonora, que repite “hilvanando” una letanía de sonidos de la naturaleza inimitables. En fin una charla apoyada en esos espectaculares cantos que nos transportaron a todos a los bosques, páramos, montañas y paisajes de la madre naturaleza,… en la penumbra de un salón aislado del mundo, del ruido y del tiempo. En este “concierto” de la naturaleza, estuvieron presentes, además de los introductores de la charla, el alcalde de la ciudad, José Manuel Dolón; el biólogo municipal, Juan Antonio Pujol y la vice presidenta del casino, Rosario Soler.

Quién es Carlos de Hita
Carlos de Hita es técnico de sonido de la naturaleza, actividad que comenzó a practicar hace ya dos décadas y que le ha llevado a registrar un amplio archivo sonoro. Ha participado en la grabación y montaje de bandas sonoras para producciones audiovisuales y ha publicado varias colecciones de discos sobre paisajes sonoros naturales. Asimismo, es artífice de diversas instalaciones sonoras en exposiciones, museos y centros de interpretación de la naturaleza.
Ha desarrollado una larga colaboración radiofónica en la Cadena Ser y en la actualidad realiza piezas para la edición digital del diario El Mundo, en las que el sonido, el elemento más intangible de un paisaje, aparece en el más intangible de los soportes. En el año 2006 fue nominado a un premio Emmy, en la categoría de música y sonido, por sus colaboraciones con National Geographic. En 2016, fue merecedor del Premio Fundación BBVA en la categoría de Difusión del Conocimiento y Sensibilización, el mayor y más prestigioso galardón en el campo de la conservación de la biodiversidad, concedido “por su pionera e innovadora trayectoria en la grabación y difusión de una amplia gama de sonidos de la naturaleza”, una labor que “acerca al ciudadano facetas inéditas de la naturaleza, trasmitiendo un potente mensaje de conservación”.

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