Los especialistas recomiendan revisar la tensión ocular a partir de los 40 años como medida para su prevención
El 90% de la ceguera que provoca podría evitarse mediante exámenes anuales
El glaucoma es una enfermedad silenciosa que produce ceguera. Según el especialista en oftalmología de los hospitales Quirónsalud de Torrevieja y de Murcia, Joaquín Fernández Canillas, “a partir de los 40 años, las revisiones periódicas son fundamentales para frenar el avance de la enfermedad, ya que no presenta síntomas. En el caso de tener familiares que hayan padecido de glaucoma, se hace indispensable adelantarlas“.
Esta enfermedad afecta a un 6% de la población y la prueba fundamental para su detección precoz es la toma de tensión ocular, afirma el doctor José Francisco Marí, oftalmólogo del Hospital Quirónsalud Valencia. Está asociada a otras patologías visuales, como la miopía y la hipermetropía de alta graduación, “además de a enfermos metabólicos, como es el caso de los diabéticos”, añade el especialista.
La prueba para detectar el glaucoma consiste en una tonometría para comprobar si existe una presión intraocular elevada. “Es una prueba rápida, simple e indolora que descartará a aquellos sujetos susceptibles de sufrir un daño glaucomatoso, ya que es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de esta enfermedad, que puede conducir a la ceguera si no se trata a tiempo”, explica el doctor Fernandez Canillas.
El glaucoma engloba un grupo de enfermedades que provocan un daño progresivo del nervio óptico. Con la edad, su incidencia crece y el campo visual va disminuyendo. La presión ocular elevada aumenta el riesgo de desarrollar glaucoma y el riesgo de caídas de los pacientes es cuatro veces mayor al de una persona con visión normal.
El 90% de la ceguera que provoca el glaucoma podría evitarse mediante las revisiones anuales. Pese a los avances en la ciencia, aún hay muchas personas que hoy en día desconocen que padecen glaucoma. En la mayoría de los casos, el enfermo no es consciente de que padece la enfermedad hasta que ha perdido gran parte del campo visual. De hecho, existe un tipo de glaucoma en el que el daño del nervio óptico se produce con presiones oculares en niveles normales.
Prevención y tratamiento
A partir de los 40 años es importante someterse a una revisión completa de los ojos cada uno o dos años. Si se consigue reducir la presión del ojo en las primeras etapas del glaucoma, se puede detener el progreso de la enfermedad y ayudar a proteger la visión.
Perfiles con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad:
•Mayores de 60 años.
•Con familiares directos que han tenido glaucoma.
•De raza negra o asiática.
•Con alta miopía.
•Con otras enfermedades oculares.
El tratamiento del glaucoma tiene el objetivo de conservar la visión. El único factor de riesgo conocido y contra el que se puede luchar es la presión intraocular alta, que se puede bajar mediante fármacos (básicamente colirios). Pero si estos no son suficiente, hay tratamientos con láser, además de una gran variedad de técnicas quirúrgicas, con implantes con mínima incisión como el XEN, el I-stent o las válvulas X-press. También se puede optar por cirugías conservadoras como la esclerectomía profunda no perforante con implante, una de las de mayor elección en estos momentos, y, para glaucomas más complicados, la trabeculectomía clásica o las válvulas para casos más complicados”, concluye el doctor Marí.
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