Cuando ayer todos nos echábamos las manos a la cabeza y nos volvíamos medio locos buscando un transistor o la vieja linterna, que luego resultaba que de no usarlos estaban sin pilas y las colas en las tiendas de 24 horas eran kilométricas, o añorando ver en TV nuestros programas favoritos, había otros que ni siquiera se enteraron. Eran los que pasaban el día de San Vicente Ferrer en el Área Recreativa “Eduardo Gil Rebollo”, donde se tiene de todo, sin necesidad de tener electricidad. Donde el tiempo se pasa entre juegos, lectura de algún libro, que vas dejando para ese momento o simplemente jugando al parchís. Comida desde luego no faltaba y mucho menos las monas de Pascua de las panaderías más prestigiosas de Torrevieja y de La Mata. En fin que mientras los urbanitas poníamos el grito en el cielo entre tinieblas, ellos se lo pasaban en grande sin enterarse algunos de lo que pasaba en el exterior de ese pequeño paraíso.
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