El pasado jueves se nos presento la increíble aventura que una expedición de nueve personas, pertenecientes al Club de remo Torrevieja, partiendo desde Denia emprenderían una aventura, jamás realizada sin ayuda y sin descansos. Si el tiempo lo permitía, a primera hora de mañana, del sábado 22 de noviembre. Sería cubrir a remo los 110 kilómetros que separan Dénia e Ibiza, con un equipo compuesto por los remeros Toni Carbonell, Javier Ferrer, Kiko Gobantes y Fran Llanos, siendo el timonel Moncho Ferrer. A continuación les ofrecemos el relato de primera mano del “Cuaderno de bitácora” que detalla cada momento de la frustrada travesía.
Puerto de Denia, 22 de Noviembre, 22:00 horas:
Remeros y resto de tripulación nos reunimos en el velero “Leandros” para decidir que hacer el día siguiente. El parte era muy cambiante y nadie se atrevía a pronosticar que nos íbamos a encontrar realmente… decimos dejar la decisión para la mañana siguiente.
Puerto de Denia, 23 de Noviembre, 05:00 horas:
Remeros y resto de tripulación nos reunimos en el velero “Leandros”. Las previsiones siguen sin aclarar si es posible o no hacerlo. Decidimos salir a probar y si en 10-15 kms. vemos que no se puede continuar porque la embarcación no navega o por las condiciones del mar… nos damos la vuelta.
Puerto de Denia, 23 de Noviembre, 06:50:
Todo preparado en la embarcación (comida, bebida, ropa de recambio, remos de repuesto, GPSs, balizas de iluminación,…) partimos hacia Ibiza con la intención de no parar, de que los numero a los 10-15 kms. iban a indicar que se puede conseguir. ¡¡Vamos!!
10 km de la costa de Denia, 23 de Noviembre, 07:55:
La embarcación navega, hemos hecho los 10 kms. en una hora sin desgaste físico y estamos animados para continuar. Las olas son de unos 2 metros (laterales) y el viento de unos 40 km/hora (lateral/a favor) pero la navegabilidad es buena.
20 km de la costa de Denia, 23 de Noviembre, 09:05:
La velocidad sigue siendo buena pero las olas han aumentado a 3 metros y el viento, que sigue subiendo, hace que las olas rompan contra nosotros. Estamos totalmente calados y la sensación térmica es muy baja. Nos da la impresión de que el velero de apoyo lo está pasando peor que nosotros por los bandazos que va pegando. Seguimos adelante.
25 km de la costa de Denia, 23 de Noviembre, 09:40:
Primera parada para comer pero nos damos cuenta de que no va a ser tan fácil. No podemos dejar de remar porque volcamos y nos hundimos. Decidimos comer de uno en uno y el resto no parar de remar. Así lo hacemos y continuamos. Las olas ya son de 4 metros y viento tiene rachas de 60 km/hora.
30 km de la costa de Denia, 23 de Noviembre, 10:20:
Estamos congelados. El estar mojándonos constantemente y bajo los efectos de Tramontana de 60 km/hora nos hace gastar mas energías en mantenernos calientes que el propio ejercicio del remo. La velocidad ha bajado bastante.
35 km de la costa de Denia, 23 de Noviembre, 10:55:
Estamos en pleno canal Denia-Ibiza y las condiciones no mejoran a pesar de que el parte daba mejoría al avanzar el día. La velocidad de la embarcación, aunque ha bajado, está dentro de los límites que nos habíamos puesto. Estamos pasando mucho frío. La navegabilidad sigue siendo aceptable. Sigue rondando la idea de abandonar. Continuamos.
25 de nov, 15:20 – Moncho: 42 km de la costa de Denia, 23 de Noviembre, 11:50:
Las olas rompen continuamente sobre nosotros. 4 metros de ola y 60 km/hora de viento. Imposible cambiarnos de ropa. Tiritando desde el km 30. Comer resulta una tarea de riesgo. Decidimos abandonar la travesía y pedir al velero que nos suba a cubierta.
Subida a Bordo
El tiempo transcurrido a partir de este momento se me hace difícil acotarlo.
La maniobra de acercamiento al velero se adivina complicada por los bandazos que va dando el velero.
El parar de remar nos hace perder el calor que produce el propio ejercicio de remar. La sensación de frío aumenta.
Desde el velero se nos lanzan 2 cabos que amarramos a proa y popa de la embarcación y nos colocamos a una distancia muy pequeña del velero, separado de el por las propias defensas del barco.
La visión desde la yola es impresionante. Cuando el velero cabecea hacia nosotros nos encontramos casi a la altura de la cubierta pero cuando cabecea en dirección contraria se le ve la orza.
Decidimos saltar de uno en uno, desde proa, aprovechando el cabeceo a nuestro favor.
La verdad es que nos pudo salir mejor y, gracias a la tripulación, en pocos minutos estábamos en la cubierta del barco.
El capitán del velero decidió que, viendo las condiciones de la mar, era más factible continuar hasta Ibiza que volver a Denia.
Tardamos 8 horas en llegar a Ibiza. No voy a dar detalles del viaje pero… digamos que no fue un crucero de lujo.
Conclusiones:
Las condiciones no cumplían los requisitos mínimos para acabar la travesía.
Hemos cometido errores que se pueden solventar.
Nos hemos dado cuenta de que se puede hacer.
Unas veces se gana y otras se aprende…
Continuará…
.
Descubre más desde Objetivo Torrevieja
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Filed under: Actualidad, Cultura |
Deja un comentario