El que se definió así mismo como un “tonto del pijo” de Águilas, hizo pasar una noche desternillante a los comensales de La Esquina
Una vez más se lleno el aforo del Bar “La Esquina”, para asistir a una cena en la que el mejor de los postres fue la actuación de Rubén Durán “El Vinagre”. Este joven cómico, natural de Águilas, como el inolvidable, Paco Rabal, fue subirse al escenario y con una voz que hubiera podido prescindir del micrófono si hubiera querido, dijo que era simplemente un “tonto del pijo” que contaba pasajes de la vida cotidiana. De la suya y de la sus seres cercanos. ¡Dios me libre de tenerlo por amigo! Porque no dejó con ninguno títere con cabeza. .. Empezó con el “Chicle” que era un amigo suyo al que nadie lo traga. Y se metió con su suegra, la suegra del “chicle” y lo que hiciera falta. Un humor “blanco” de ese que te hace recuperar las pilar del sentido del humor y desinhibirte soltando de vez en cuando una sonora carcajada de esas que solo se sueltan en Nochevieja y cuando se pierde el sentido. En fin, una velada que merece un aplauso a su promotor, Toni Montero, por arriesgar fuerte en traer a la ciudad, gente como “El vinagre”, un vinagre que anoche no hizo honor a su nombre, nada de ácido, nada de mal sabor, un vinagre que seguro era de Módena, ese que usan los sibaritas que se la cogen con papel de fumar y mean colonia. Pero nuestro “Vinagre” anoche fue el “tonto del pijo” más gracioso que he conocido en mi vida. Si oyen que actúa por algún lugar cercano, no se lo pierdan. Merece la pena.
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