Antoni Jakubowski
Crítico musical
Hay que admitir que el mes de marzo abundó cómo nunca en una serie de interesantes conciertos, durante los cuales principales conjuntos orquestales de nuestra ciudad tuvieron la oportunidad de mostrar sus cualidades. Anoche disfrutamos de una velada excepcional de un concierto primaveral a cargo de uno de los conjuntos de mayor renombre de la región en lo que se refiere a música coral. El orfeón de Torrevieja, bajo la dirección del maestro Mario Bustillo, está vez con una plantilla de apenas 29 coristas, ofreció un programa centrado a la música dedicada a la época más hermosa y fascinante del año, aunque para el Orfeón las cuatro estaciones del año, son muy importantes y a cada una de ellas puede dedicar un concierto especial. La presentación abarcó una amplia variedad de piezas corales y solistas, siempre con gusto y placer escuchadas.
Ya desde los primeros compases los coristas brindaron un buen equilibrio vocal exigido en los pasajes de las piezas, ofreciendo expresividad, buena entonación y por supuesto mucha musicalidad. “El mes de mayo llega”, “Popurrí latinoamericano”, “La dulce habanera”, han sido las canciones que provocaron entre el público un ambiente de alegría y frescura primaveral. La audiencia presente había disfrutado también del colorido sonoro de las canciones cómo: “Ausencia”, “Mediterráneo”, “El Manisero”, “La camisa negra” y para finalizar la habanera “Torrevieja” de R. Lafuente. La presentación del Orfeón dejó como de costumbre, una impresión muy positiva al transmitir una porción grande de energías musicales.
También los solistas del Orfeón estuvieron a la altura de las exigencias de las piezas ofrecidas. María Jesús García, Jorge Pacheco, bores Zavodov, Antonio García y Francisco Augusto, es un grupo de destacados miembros del Orfeón, con los que siempre se puede contar para hacer más atractivas las presentaciones corales. Esta vez los solistas nos deleitaron con arias y dúos: Dúo de la “Flauta Mágica” de Mozart, “Trovador” de Verdi y una variedad de canciones cómo: “La historia de un amor”, ”Amapola”, ”The Prayer” y “De España vengo” entre otras. Todos los intérpretes demostraron la máxima expresividad, que fueron capaces de aplicar en las piezas. Es un motivo de orgullo poder tener tantos solistas en el Orfeón, los que junto a los coristas proporcionaron una buena dosis de disfrute para los sentidos del público.
La dirección de Mario Bustillo moldeando la máxima precisión y minuciosidad le otorgó al Orfeón unas alas de felicidad y alegría, cumpliendo exitosamente con la producción de algo tan frágil, delicado, fugaz y etéreo cómo lo es el canto y la música. En definitiva hemos asistido a un concierto primaveral de vuelo alto. Bienaventurados los que hacen la música, porque traen el cielo a la tierra. ENHORABUENA.
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