Fernando Guardiola
Fotos : Pedro Grimao Alfonso Pascual
En primer lugar, perdonen por la licencia de titular este articulo de tal manera, aún con más razón después de ver, observar y analizar el Orden del Día del Pleno de ayer del Ayuntamiento de mi ciudad. Le llamo el “pleno de los móviles”, porque es el nombre por el que desde diversas redes sociales se convocó a asistir al mismo a aquellos que movidos por las noticias que con “cuentagotas” se han ido dando en un periódico comarcal referente a un supuesto mal uso de los móviles municipales, se citaron al mismo. Ya desde el principio se notaba un ambiente tenso. Mucho público llenó el Salón de Plenos ayer, y muchos que se quedaron en la calle, porque como dijo el alcalde, el aforo “es el que es, no debe haber gente de pie y la hay, si entran más podemos terminar el pleno en otra planta”. El pleno fue un “toma y daca” en resolver los ocho puntos previos al que todos habían venido a presenciar. Una pena que se llene un salón de plenos para dilucidar, si fulano o mengano llama a las putas y no se preste la mínima atención a los ocho puntos que les precedieron y en lo que se trataron temas de mucho más calado y de interés económico y social más importante. Puntos como la nueva ley del Aborto, o exigir al Consell el pago de de cantidades adeudas al Ayuntamiento y la constancia de que el alcalde ya se había hecho eco de la demanda hacía tiempo, exhibiendo la documentación de sus encuentros con los responsables del área autonómica pertinente, o la votación por unanimidad para exigir el arreglo de las deficiencias del IES Las lagunas, a propuesta de Los Verdes, pasaron sin pena ni gloria, hasta que llegó la hora del ansiado punto nueve. Llegado ese momento los fumadores, volvieron a la sala, los mensajes enviando la noticia del inicio del punto volaban, las cámaras de televisión y fotográficas afilaban sus objetivos para no perderse ni un solo acento de lo que allí se dijera. En un principio todo transcurría en un todo comedido, e incluso reflexivo, cuando por parte del portavoz del grupo socialista, se centró en el meollo de lo que en realidad se venía a dilucidar, que no era otra cosa que reconocimiento extrajudicial de algunas facturas. Pero no. Eso no vende. Es como comparar los documentales de La 2 con el “Sálvame”, “no hay color”, y para ello tomó la palabra una concejal de Apetece, que en tras calificar al “ausente” Plaza, como meador de colonias, hizo un relato realmente innecesario de las llamadas realizadas “con sus dedos” en el mes de noviembre. Hasta los más avezados del lugar se quedaron mudos al oír la somera descripción de las llamadas: “El día tal del tal a las tal, llamada a Madurita Cachonda, y se ve que no que no llegaron a un acuerdo que a los diez minutos llamó a Bruna, Diosa del Placer, …” y así hasta que el ruboroso silencio debió cortar su intención de describir así hasta 49 citas. De pena, … de puta pena. Y así con ese color gris con que se queda el ambiente, cuando suceden estas cosas, prosiguió el “pleno de los móviles”, hasta el desenlace final en que el portavoz del equipo de gobierno que tras exhibir una serie de reclamaciones a la empresa contratista de la telefonía, alguna de ellas con el resultado de una importante devolución, intentó leer un “estado” de facebook de la mujer del concejal “ausente” del pleno y protagonista de las llamadas enumeradas por la concejal de la oposición. El texto en cuestión era una declaración de intenciones y de amor respecto al mismo, aunque solo se debió enterar en mismo que lo leyó, por que a la primera frase, una de las concejales del grupo socialista saltó como un resorte y decidió abandonar el salón de plenos, secundada por el resto de ediles de su grupo y los de la bancada posterior, que emitiendo insultos irreproducibles, también optó por abandonar la sala. No puedo, ni debo juzgar este tipo de actitudes, aunque no es la primera vez que en esta legislatura sucede, y sinceramente, me recuerdan a las “rabietas infantiles”, … cuando algo no me gusta, me voy. Pues no, de aquí no debería irse nadie, sean del color que sean. A los políticos se les paga para que discutan y arreglen los problemas de los ciudadanos en el foro sagrado del Salón de Plenos, guste o no.
Grato fue después el diálogo mantenido entre uno de los concejales de Los Verdes y el Presidente del Pleno, amabilidad, comprensión y buenos modos, resultado: eficacia y soluciones. Puestos a irse del Pleno, quizás hubiera habido más motivo para largarse en el transcurso del relato erótico festivo de las llamadas prohibidas, pero es que en ese momento, nos quedamos todos como estatuas de sal.
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Otro estomago agradecido.de p..pena lo tuyo.No vas al fondo que es el gasto de dinero publico en asuntos privados