En un lenguaje que evocaba el ser, la forma y el amor a la Virgen consiguió emocionar a los asistentes
Las fiestas patronales de Torrevieja tuvieron anoche su punto de partida con el acto de pregón organizado por la Asociación Hijos de la Inmaculada que pronunció el sacerdote de Pilar de la Horadada Ginés Ortiz Peñalver, quien hasta el año 2014 estuvo al frente de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, teniendo entre sus responsabilidades la de la construcción del actual templo. Ortiz dejó ver en todo momento la sencillez de su personalidad y comenzó al modo de los antiguos pregoneros, relatando los más entrañables festejos que comenzarán dentro de unos días, como los desfiles de Lyly y su comparsa de gigantes y cabezudos, la concesión del premio Diego Ramírez y la ofrenda floral a la patrona diciendo que «el otoño en Torrevieja se convierte en primavera y los colores de la sal, del cielo y del mar visten a la Inmaculada». También se detuvo en describir la procesión del 8 de diciembre y el fervor popular de Torrevieja a La Purísima, y en especial cuando se detiene «rodeada de sus hijos frente al mar para bendecirlo». El sacerdote pilareño evocó sus primeros recuerdos de sus visitas a Torrevieja con su madre y su familia y también destacó su paso por la Parroquia del Sagrado Corazón calificándolo como «unos años inolvidables». El arcipreste de Torrevieja, Manuel Martínez, hizo entrega al final de una pequeña imagen de La Purísima realizada por el escultor, Víctor García, y posteriormente la pianista María Ortigosa y la soprano Belén Puente, interpretaron tres obras musicales. Al acto, celebrado en la Iglesia de la Inmaculada, acudió el diputado nacional Joaquín Albaladejo, el vicepresidente de la Diputación, Eduardo Dolón y ediles del Partido Popular y Sueña Torrevieja, junto a la Reina de la Sal, Marta Andréu y su dama Laura Blanco.
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