Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

Crónica de Antoni Jakubowski

VÍDEO: Disponible a las 10,00 horas

En “El Trovador”, Giuseppe Verdi se acerca a la madurez como compositor, ofreciendo en la ópera una concepción más compleja y personal, donde el dominio de la técnica y los recursos se hacen presentes ya desde los primeros compases. A pesar de un relativamente nublado y bastante complicado contenido del libreto, pero gracias a la riqueza melódica, la ópera desde su premier en 1853, sigue siendo una de las más populares en los escenarios de todo el mundo. Esta vez, la compañía Ópera 2001, se presentó en el Auditorio Internacional de Torrevieja, ofreciendo “El Trovador” de muy alto nivel.
La soprano Melanie Moussay (Leonora), encantó a la gran parte de audiencia, aunque sea un poco difícil compartir esta opinión, ya que, la lindísima aria “Tacea la notte placida” del II acto debería sonar con la misma suavidad como la de la orquesta acompañante. Pero en el IV acto M. Moussay impresionó totalmente con todas sus cualidades vocales e interpretativas.
Jiujie Jin – mezzo soprano, brilló como Azucena de manera convincente, aunque el timbre de la voz para el papel de Azucena podría ser poco más oscuro y profundo.
Muy positiva actuación de Paolo Ruggiero como Cariñoso (excepción, ya que normalmente está presentado como personaje negativo), el Conde Luna. La escena del primer acto “Tutto e deserto…” cantada con tanto lirismo, es siempre escuchada por los melomanos con mucho placer.
La actuación del tenor David Ba?os iba sucesivamente aumentando la tensión de audiencia. Desde la primera aparición en el fondo de la escena, hasta la última, legendar cabaletta “Di quella pira”, cómo Manrico, D. Baños demostró una voz potente, a veces gritón, pero llena de dramatismo y expresividad.
La parte musical fue la más fuerte del espectáculo. La orquesta de la Compañía Lírica Ópera 2001 bajo la dirección de Martin Mázik, actuó con una discreción increíble, ya que ningún momento cubrió las voces de los cantantes en la escena. El maestro M. Mázik, dirigió con unos movimientos manuales muy precisos y exactos, dando todas las entradas a los solistas de forma segura y natural. Preciosas ejecuciones de las partes y escenas corales, en especial la extremadamente difícil del III acto.
En resumen …..Hemos presenciado un espectáculo de muy alto nivel artístico en una sala de formidables condiciones acústicas, apta para este tipo de presentaciones.
!!! Congratulation !!!

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