El templo arciprestal de la Inmaculada Concepción, fue ayer testigo del último adiós a una de las personas más queridas de Torrevieja, y que nos dejó para siempre el pasado sábado a los 68 años. José Antonio Oviedo Aranda, al que todos simplemente se dirigían por Dr. Oviedo. Su féretro entró al templo, mientras en la plaza caía un sol de justicia, lo que no mermó que la iglesia se llenara de amigos para despedirle en un emotivo acto, presidido por el párroco de la Inmaculada, Manuel Martínez Rocamora.
La salida de la iglesia cobró un sentimiento especial, a través de la música de un mariachi, que hizo aflorar las lágrimas en la despedida del que había sido su médico de familia durante más de cuarenta años. En esa dilatada vida social de nuestra ciudad, llegó a ser concejal del Ayuntamiento, siendo el edil que propuso la moción de que no se permitiera fumar durante los plenos.
Su féretro fue llevado a hombros por amigos y familiares hasta el tradicional lugar de despedida de los duelos en la calle San Policarpo, donde se produjo un emocionante gesto que arrancó los aplausos de los asistentes, cuando los familiares y amigos más allegados de Pepe Oviedo, se abrazaron formando una piña que sirviera de consuelo por dolor de una pérdida irreparable.
Los que hacemos cada día “Objetivo Torrevieja”, queremos hacer llegar nuestras más sinceras condolencias a su esposa, Mari Alcaraz y sus hijos: Israel, Talía, Samuel, Isabel y José Oviedo, así como a sus hijos políticos, nietos y hermanos. D. E. P.
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