Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

Antoni Jakubowski
              Crítico musical 

Uno de los más importantes saxofonistas volvió  a visitar Torrevieja, esta vez para deleitar a los aficionados con su cuarteto, cerrando a la vez exitoso ciclo primaveral de los conciertos de jazz bajo el nombre “Los Viernes  del Palacio”, organizado por el Instituto Municipal de Cultura “Joaquín Chapaprieta.” Enric Peidro es un maestro que transforma el sonido de su saxo con toda la sutileza y precisión sobre temas relativamente fáciles a primera escucha. Su fraseo respira y transmite una serenidad, sin deformar los trozos lineales, dejando las partes rítmicas bastante elásticas. Me encantó la calidad sonora de su saxo con una belleza, cómo si el instrumento estuviera recubierto de gamuza o terciopelo, aunque en los registros superiores de las improvisaciones, hemos podido escuchar tonos más metálicos y llamativos.

Lo que caracteriza las interpretaciones del Enric Peidro Quartet es la habilidad para distribuir todo el potencial narrativo en forma equilibrada y en la tensión mantenida del principio al fin sin algún tipo de decaídas. Peidro – excelente instrumentista, ha sido  acompa?iado por una no menos excelente sección rítmica de; Miguel Casany – guitarra, Andres Lizón – contrabajo y Simone Zaniol – bateria.

El grupo funciona cómo una maquinaria bien sincronizada, emitiendo destellos de los talentos musicales, con notables solos de virtuosismo, perfección sonora en la limpieza de las frazes y precisión extrema. Hemos experimentado una producción de los sonidos de jazz clásico de un nivel muy alto. Resulta fascinante cómo los componentes de Enric Peidro Quartet inventan sonoridades en sus improvisaciones, sin olvidar las características naturales de los instrumentos. En ningún momento hemos experimentado una deformación de los sonidos, que tan a menudo tiene lugar  en la música de jazz moderno. Lo que sorprende del jazz clásico, es la increíble relación entre los músicos. Cuatro personalidades, aparentemente diferentes, encuentran un terreno de expresión artística común, para producir sonidos y texturas sonoras unidas en un solo conjunto armonioso, ordenado y por supuesto muy agradable, hermoso y simpático de percepción. En pocas palabras – la última velada de la serie primaveral “Los viernes del Palacio”,  musicalmente representó un nivel realmente fantástico, dejando magnífico sabor de boca.  Enhorabuena.

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