Los síntomas de un duelo son muy similares a los de la depresión; las claves para diferenciarlos son el tiempo y la autoestima
Entre un 10% y un 15% de las personas en duelo no se recupera y puede presentar alguna dificultad en el proceso. Se encuentran en lo que la especialista en psicología de Quirónsalud Torrevieja Nuria Javaloyes denomina el duelo complicado. “Es más común que el doliente sufra estos problemas cuando tiene antecedentes de ansiedad o depresión, muertes violentas o muy traumáticas, o cuando la pérdida es de un hijo o del cónyuge con una gran vinculación afectiva”.
Según la especialista, “cuando la vida nos trae de cerca la muerte, nos encontramos sin recursos, sin conocimiento de lo que es el duelo, y de lo que es normal o esperable sentir”. Este desconocimiento hace que reaccionemos de forma intuitiva y, aunque estemos cargados de buenas intenciones, las ideas más comunes de cómo afrontar un duelo pueden incluso aumentar la sensación de soledad y sufrimiento del afectado.
Otros de los puntos a destacar es que el duelo es un proceso individual: “No hay que marcar tiempos absurdos en los que la persona ya debería estar mejor”, recuerda la psicóloga. De hecho, “frases tan extendidas como tienes que ser fuerte o el tiempo lo cura todo, sabemos que no solo no ayudan, sino que además orientan al doliente hacia un camino que no es el saludable”.
Según Marina Sangonzalo, especialista en psicología del Hospital Quirónsalud Valencia, “entender la tristeza como algo natural y consustancial con la muerte permite aflorar las lágrimas propias y las ajenas”. Una vez aceptadas la ira y la tristeza, vendrán la nostalgia y la añoranza, acompañadas de la certeza de que no volveremos a ver a la persona amada. “Ese será el momento en el que tenemos que buscar en nuestra memoria los mejores recuerdos, las más entrañables vivencias”, explica la psicóloga.
Finalizar esa conversación pendiente sobre sentimientos que nunca llegaron a ser expresados, o simplemente evocar los buenos momentos, hará que aflore nuestra sonrisa. Nuestros seres queridos se van pero nos dejan la alegría y el gusto por la vida sin tener que renunciar a su cálido recuerdo.
Diferencias entre duelo y depresión
El duelo y la depresión son dos situaciones diferentes que requieren tratamientos distintos. Pero normalmente incluso los profesionales sanitarios tienen dificultades para saber cuándo un proceso de duelo es normal y cuándo no. Esto se debe a que la sintomatología de las dos situaciones es muy similar: tristeza intensa, pérdida de ilusión, pérdida de motivación, llanto constante, necesidad de aislamiento, etc. La clave para diferenciarlos está en dos elementos: el tiempo y la autoestima.
Al inicio de un proceso normal el doliente suele desear irse con él o con ella y puede pensar que la vida no tiene sentido. Pero al ir superando tareas imprescindibles y las diferentes etapas del duelo, esa idea se va mitigando y la persona puede llegar a percibir que hay vida más allá del difunto.
Por el contrario, “en un duelo complicado el doliente no avanza en estas tareas ni camina por estas fases, sino que más bien se afianza en la pérdida de sentido de la vida si esa persona no está”, destaca Javaloyes.
La ayuda de un especialista es fundamental para poder discernir entre una u otra situación, sobre todo en aquellas personas que presentan los factores de riesgo antes mencionados- Hemos de estar muy cerca de la persona en duelo y acompañarla en su camino de reparación de la pérdida.
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