Crónica de Antonio Sala Buades
Partiendo del axioma de que no vamos a enfrentarnos a ningún rival fácil, estábamos de acuerdo en que el comienzo del segundo tercio de este campeonato nos mediría —aún quedan escollos duros— a equipos de mayor consistencia, al menos por plantilla y por clasificación, que los que hemos dejado atrás. Si algo no funciona en fútbol es la comparación entre adversarios considerados teóricamente —porque en la práctica todo suele cambiar— de distintas formas, para extraer la conclusión de que los resultados serán mejores con unos que con otros. No obstante, la visita a San Vicente —quizá después de la de Pinoso, de la que salimos trasquilados— constituía la primera de las llamadas «piedras de toque», en la que el Torrevieja debía presentar las credenciales a su candidatura. En especial, porque los españolistas, que como los salineros sólo habían sufrido una derrota y vienen peleando por un hueco en el mismo grupo de favoritos, tenían la ocasión de adelantarnos en puntos y de continuar su escalada hacia la cima. En fin, que este partido ya era de los que sirven de referencia de cara al futuro inmediato y de los que pueden contar doble a finales de temporada.
Y se notaba desde el comienzo. No íbamos a presenciar un choque de muchas oportunidades, pero sí las justas, después de una pugna de alto calibre, para que el mejor demostrara su capacidad. Los blanquiazules se mostraban como últimamente, es decir, como un conjunto que no se echa atrás en ningún estadio. Apuntaban las combinaciones, amagaban los pases definitivos, y sobre todo se mantenía la compostura ante la tarea. Muy esporádicamente se producía alguna llegada a una u otra área. Las defensas se imponían con no excesivos apuros. Pero en la primera media hora era el Torrevieja el que ofrecía sensación de peligro y movía la pelota y profundizaba con mayor criterio. Sin embargo, a los 34 minutos, Buyo resultó de nuevo providencial para nuestros intereses, al rechazar primero el disparo de Monti desde la izquierda, y después, con colocación y reflejos, el de Carlos, que había controlado solo en la frontal. El portero menos goleado del grupo volvía a demostrar sus cualidades en un momento clave, cuando las tornas, por los caprichos de este deporte, podían haber cambiado para mal tras el buen juego exhibido.
En la reanudación intentarían los sanvicenteños ser más incisivos. Inquietaron con alguna entrada por las bandas, una de las cuales fue completada a los cinco minutos por un testarazo de Adriá, al que no logró imprimir la fuerza que él habría deseado. La lucha se intensificó al ser conscientes los futbolistas de lo que valía cada balón en disputa. Aunque los guardametas no tenían que intervenir, no estábamos ante un partido aburrido, en absoluto: el fútbol se juega y se degusta en todas las zonas del campo. Los dos contendientes estaban poniéndolo todo por redondear la acción que les proporcionara la victoria. El hombre decisivo a la postre, Mar, anunció los siguientes acontecimientos con un robo en la banda derecha con posterior incursión y remate con escaso ángulo que Nacho repelió con los pies. Corría el minuto 28 de este segundo periodo, y los salineros manifestaban así que no iban a renunciar a nada, pese a que la lógica estableciera que un empate en tal feudo pudiera considerarse positivo. Y es que ni en éste ni en anteriores compromisos el Torrevieja ha pecado de conformista.
Alcanzando ya en el último tramo, los locales arreciaron. A los 30, Verdú rechazó el disparo de Sammy tras una internada con pase atrás de Cobo. Por poner un pero, en algunos lances nuestra zaga se mostraba premiosa para alejar expeditivamente la pelota. A veces hay que simplificar. Siendo comprensivos, cabe explicarlo por el deseo de iniciar la jugada con garantías de avance. Pero no llegamos a pasar apuros, pues la situación seguía controlada. De modo que se acercaba la hora de la verdad, en la que el oficio y la solvencia se imponen a las demás cualidades. Y este Torrevieja, ahora sí, atesora recursos para hacer frente a lo que le echen. Una combinación entre Flores, Ramiro y Juampe pondría un centro a los pies de Mar, que completaría con otro movimiento de gran calidad. El delantero, el ansiado delantero, ha marcado de manera decisiva en los tres encuentros que ha disputado. Ahora tenemos lo que tanto habíamos echado de menos: no en balde esto consiste, además de en evitar que nos hagan goles —por ahí vamos muy bien—, en hacerlos nosotros —progresamos adecuadamente— para sumar victorias. Y ésta, por todos los conceptos, ha sido la de más valor hasta la fecha.
FICHA TÉCNICA
Categoría: Preferente Valenciana. Grupo: cuarto. Temporada: 2017-2018. Jornada: 12.
Estadio: Ciudad Deportiva de San Vicente del Raspeig (césped artificial). Fecha: sábado 18 de noviembre de 2017. Hora de comienzo: 16.03.
Fútbol Club Joven Español de San Vicente (camiseta roja, calzón y medias negros): Nacho, Aarón, Sammy, Pepe © (Cerezo 64’), Luis ©3, Monti, Carlos (Ibra 59’), Steven ©2, David, Adriá (Marquina 76’) y Cobo (Elvis 79’). No jugó: Josete (portero). Entrenador: Ángel López Díaz (sancionado).
Club Deportivo Torrevieja (camiseta blanca, calzón azul, medias blancas): Buyo, Vicente Boix ©, Flores, Walid, Vicente Zaragoza (Booker 85’), Verdú, Ramiro, Tenza (Pablo Coria 67’), Mar, Manu Amores (Patri 88’) y Juampe. No jugaron: Manu Vidal (portero) y Mario. Entrenador: Antonio Pedreño Saura.
Árbitro: Espigares Jiménez (Emilio), de Alicante, auxiliado por González Borrell (Joan) y Carrascosa Arteaga (Pablo Luis). Por el Español, amonestó una vez a David (46’), Aarón (67’) y Luis (84’), y dos a Steven (60’ y 79’, expulsado); por el Torrevieja, amonestó a Flores (10’), Vicente Zaragoza (22’) y Juampe (72’).
Incidencias: Español y Torrevieja volvieron a enfrentarse después de sus respectivos descensos en las dos últimas temporadas. Por estar cumpliendo sanción, Ángel López dirigió a su equipo desde la grada. A los dos minutos del segundo tiempo, Verdú hubo de cambiar su camiseta, desgarrada, por otra con el dorsal 17. Lo mismo hubo de hacer Vicente Zaragoza, que a los 32 sufrió una herida en la ceja izquierda en un choque con Adriá (éste fue sustituido al reanudarse el encuentro), y tras ser atendido en el campo durante cuatro minutos continuó jugando con la cabeza vendada y una elástica con el número 18 (la primera quedó manchada de sangre), hasta que fue reemplazado; al final del partido fue trasladado al hospital Quirón. Se jugaron los últimos 25 minutos con los focos del estadio encendidos. A causa de las numerosas interrupciones, este periodo duró exactamente 54 minutos y 37 segundos, y quizá podía haber durado todavía más.
El gol: 0-1, 80’: Mar remata de volea en el primer palo, hacia el otro lado y en parábola, un centro al primer palo de Juampe, que había recibido de Ramiro en la banda izquierda.
Descubre más desde Objetivo Torrevieja
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Filed under: Actualidad, Deportes |
Deja un comentario