Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

Crónica de Antonio Sala Buades

Antes de empezar el partido, conocido ya el resultado de San Vicente, todos éramos conscientes de que disponíamos de la oportunidad —ojalá no sea única— de acceder a lo más alto de la tabla. Sabido es que basta que se prometan bien los acontecimientos para que éstos no salgan como se desean; de modo que no se comentó el asunto en exceso, por si acaso. Por supuesto, el Calpe tenía mucho que decir, y vaya si dijo, pese a competir durante casi una hora con diez hombres. Se confirmó la enorme igualdad de este grupo de Preferente, al menos en la primera vuelta. Cualquiera puede sorprender a cualquiera y nadie puede darse por favorito. De modo que la mejoría del Torrevieja no se refrendó esta vez —como otras veces— con algún gol, siquiera uno, que hubiera proporcionado el premio completo. Habrá que afrontar nuevos compromisos, y en los inminentes deberá este equipo dar la talla ante los dos rivales hasta la fecha más cualificados. Pero todos han sufrido ya sus tropiezos, y nosotros no vamos a ser excepción.
No era el verdiblanco un conjunto que se prestara al habitual reparto de papeles entre local y visitante. Salió a jugar desde el comienzo —otra cosa fue lo que acaeció pasada la media hora— sin tener en cuenta ni dónde ni contra quién, disparando a puerta desde cualquier posición. El dispositivo estuvo cerca de darle mayores frutos a los nueve minutos con una arrancada de Osorio, cuyo pase a Patiño fue abortado por Buyo, acertado en el cálculo y rápido en la acción, lejos de su área. Al minuto siguiente respondieron los locales con un centro de Manu Amores que no alcanzó Mar por poco. Se planteaba la pugna teniendo muy claro todo el mundo que el Calpe iba a ser un adversario duro de roer. Incluso cuando sufrió la grave contrariedad de perder a Manu por doble amonestación. Apenas se había rebasado el primer tercio del partido y los visitantes, obligados por la circunstancia, cambiaron la disposición. Era comprensible que se echaran atrás, manteniendo la doble línea de cuatro con el pichichi Osorio como único delantero, y que el Torrevieja se tomara su tiempo para encontrar espacios.
En cualquier caso, se intuía la importancia de aprovechar las ocasiones que se presentaran. El instante clave acaeció, a los 38 de este primer periodo, en una de las escasas aproximaciones con el balón controlado en el área contraria: Vicente Zaragoza cedió en perpendicular al primer toque para Mar, que arrancó desmarcado y controló ante el portero. Éstas no se le suelen escapar, como ha acreditado con sus tres tantos decisivos. Pero el factor aleatorio no estuvo a nuestro favor: el remate raso se estrelló en el poste, sin que después Manu Amores, en posición forzada, pudiera recoger el rebote para empujar a la red. Un lance del que, como nos temimos entonces y confirmamos al final, podíamos acordarnos. Los de Pedreño continuaron con su plan, empleando el tiempo que fuera menester, pues todavía no había que perder la cabeza. Al rechazo de un saque de esquina, Manu Amores abrió a la izquierda para Vicente Zaragoza, que en la duda entre centrar o disparar envío alto. Mientras no acuciara el cronómetro, siempre disfrutaríamos de una siguiente opción. La cuestión radicaba en materializar aunque fuera una.
Que uno no se mueve igual con el marcador favorable que cuando se tiene la obligación ineludible de abrirlo es una evidencia tan conocida que no precisa ahora de argumentación. Y es que la prisa, convertida en ansiedad, aparece en algún momento. No tiene por qué establecerse en un número concreto de minutos, pero ahí la teníamos. Que si un pase impreciso que se va por la banda, que si el segundo envío largo cortado por la defensa, que si el regate no sale fino, que si el centro lo taponan o no conecta con el rematador, que si no se tira a la primera y luego desbaratan la jugada… Todo esto va sumando para unos y restando para otros. Y más cuando los rechazos caen en los pies de quienes, supuestamente, lo están pasando peor. El reloj avanza implacable y el marcador se mantiene pertinaz en el empate a cero. El siguiente escalón psicológico estriba en constatar que el contrario es capaz de organizar alguna escaramuza, que cuando menos hace replegar líneas. Y más minutos sin que tampoco intervenga el portero. Lo haría por fin Morais, a los 39 de la segunda parte, para desviar a córner un lanzamiento lejano de Pablo Coria. Cuatro después, Mario sacó de esquina al primer palo, no logró enganchar Vicente Zaragoza, y tampoco Juampe tras el rechazo. Y hasta el final, más de lo mismo: el Torrevieja confirmó su dificultad para filtrarse entre equipos compactos. Como penitencia, el liderato habrá de esperar. Pero antes habrá que enfrentarse al Hércules B (fuera) y al Villajoyosa (en casa), precisamente los que hoy nos preceden.

FICHA TÉCNICA

Categoría: Preferente Valenciana. Grupo: cuarto. Temporada: 2017-2018. Jornada: 13.
Estadio: municipal Vicente García (césped natural). Fecha: domingo 26 de noviembre de 2017. Hora de comienzo: 17.19.

Club Deportivo Torrevieja (camiseta blanca, calzón azul, medias blancas con vuelta azul): Buyo, Vicente Boix ©, Flores (Patri 81’), Walid, Vicente Zaragoza, Verdú, Ramiro, Tenza (Pablo Coria 54’), Mar, Manu Amores (Mario 45’) y Juampe. No jugaron: Manu Vidal (portero) y Booker. Entrenador: Antonio Pedreño Saura.

Calpe Club de Fútbol (camiseta verde, calzón blanco, medias verdes): Morais, Héctor, Sebas, Paolo, Álex, Iván ©, Guido, Manu, Antonio (Leider 61’), Patiño (Jefferson 71’) y Osorio (Omar 81). No jugaron: Fonti (portero) y Jaime. Entrenador (ausente por enfermedad): Francisco Pascual Luna.

Árbitro: López Larrosa (Sergio), de Orihuela, auxiliado por Grao Pérez (Pablo Pascual) y Sánchez Bailén (Daniel Fidel). Por el Torrevieja, mostró tarjeta amarilla a Tenza (19’) y Juampe (82’); por el Calpe, amonestó una vez a Morais (75’) y dos a Manu (12’ y 32’, expulsado).

Incidencias: A causa de una avería en el autobús que la traía y el posterior cambio a otro en Torrellano, la expedición del Calpe llegó al estadio a las 16.30, sólo media hora antes del comienzo previsto del partido; de ahí el retraso de casi veinte minutos con respecto al horario anunciado. Se disputó todo el encuentro con los focos del estadio encendidos. Vicente Zaragoza jugó con un esparadrapo en la ceja izquierda, que se lesionó en el partido anterior. Manu Amores hubo de retirarse lesionado. El Torrevieja, que suma ya 457 minutos sin encajar un gol, pierde la oportunidad de haberse situado en el primer puesto de la clasificación, para lo cual necesitaba la victoria.

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