Crónica de Antonio Sala Buades
Por lo menos en esta productiva etapa del campeonato, el Torrevieja viene convirtiéndose en un equipo desagradable y desesperante para las aficiones contrarias. Y que siga la consideración, que no nos importa en absoluto. Porque ya pueden decirnos que si esto o que si lo otro, ya pueden discutir nuestras cualidades o ya pueden desmerecer nuestros éxitos, si terminamos apuntándonos más. A base de lograr triunfos con esta forma de proceder, y como no hay por qué cambiar lo que funciona bien, el sistema está afianzándose a cada jornada que pasa. En el deporte de competición, como se sabe, todo el trabajo tiene como principal objetivo la consecución de los mejores resultados posibles. Así que en ese aspecto, siempre al margen de lo que se observe en cada uno de los cuatro partidos en cuestión —y algo habrá que señalar también de lo ocurrido en El Fornás—, nada objetaremos cuando se presenta un balance de doce puntos sumados de doce en disputa. No caeremos aquí en incongruencias, aunque no dejemos de reconocer, como espectadores, que a veces no nos llega la camisa al cuerpo.
Volvió a cumplirse el guion referido y por tanto sobradamente conocido de los anteriores compromisos. Aunque el Acero trató de no dejarse superar en su estadio, el Torrevieja dio cumplida réplica con sus maniobras en la zona media. Los locales se mostraban impetuosos, tratando de avanzar cuanto antes, mientras los visitantes se tomaban su tiempo y sus pausas cuando era necesario. Jugaron los salineros con la defensa adelantada, asumiendo los riesgos que ello acarrea, y pronto recibieron el primer susto, con la arrancada de Rubén Fonte no culminada por éste para desilusión de su público, que ya cantaba el gol. Como en anteriores días de gloria, el camino no sólo empezó no torciéndose, sino que poco después se allanaría un poco más. En el filo de la navaja —que no abandonaríamos hasta el final—, nos desenvolvimos con un desparpajo rematado por la inspirada acción de Rafa Gómez. Aun faltando más de setenta minutos, se adivinaba cómo iban a desarrollarse los acontecimientos. Por nuestra parte, obvio es, deseábamos idénticos derroteros que los de hacía poco, aun siendo conscientes de que el final estaba muy lejos.
En consecuencia, nada nos deparó la continuación que no hubiéramos previsto de antemano, sin presumir de videntes. Con los rojiblancos apremiados, éstos incrementaron la presión incluso en zonas muy adentradas en terreno adversario. A los torrevejenses se les hacía difícil organizar jugadas, ni siquiera avanzar hasta la línea divisoria. Con esa aparente comodidad —desde luego, no para quien lo estaba viendo— que aporta ceder en seguida, quizá demasiado, el balón, el conjunto salinero se pertrechó para neutralizar la ofensiva de los hombres de Dani García. Todavía en la primera mitad, el fuera de juego trazado al límite del peligro nos salvó del gol de Rubén Fonte, anulado por el banderinazo de Fuentes Molina. Y ya tras el descanso, las tendencias se confirmaron. Una vez completado el balance y analizada la estadística, habremos de convenir en que los aceríes no crearon ocasiones claras, salvo las inevitables —y angustiosas para nosotros— acumulaciones de atacantes en el área de Óscar, con barullos y rebotes por doquier. Sin embargo, echamos de menos algo más de posesión de la pelota y, sobre todo, mayor expedición, antes que el toque en corto, en zonas comprometidas.
Según se agotaban los minutos, la lógica natural imponía que los porteños descompusieran sus líneas, lo cual trataron de aprovechar los visitantes —que frenaban el partido cuando podían y hacían muy bien—, para salir al contragolpe y dar por concluida la pugna sin más sobresaltos. Sin embargo, las dos oportunidades de César, una con tiro al travesaño y otra con remate forzado ante el guardameta, no se tradujeron en el segundo tanto, que nos habría ahorrado la incertidumbre de los últimos compases. Porque con una ventaja mínima siempre existe el riesgo de que se esfume. Con la restructuración de su zaga tras el cambio de Edi, el Torrevieja volvió a situar a sus cuatro centrales sobre el césped. Pero no le impidió la angustia de los balones bombeados a la desesperada. En los segundos postreros, el banderín de Huguet Juliá indicó que la pelota había rebasado la línea de fondo antes de que su centro fuera a la cabeza de Joselu, que remató a la red. El gol tampoco subió al marcador. Y es que vivimos al límite, ignoramos si innecesariamente, durante mucho tiempo. Aunque bien está lo que bien acaba: cuatro de cuatro y a casita. Si ésta es la manera de ganar, pues bienvenida sea si —así parece— le hemos cogido el tranquillo.
FICHA TÉCNICA
Categoría: Tercera División. Grupo: sexto (Valencia). Temporada: 2014-2015. Jornada: 12.los locales Julián, Miguel Ángel y Galán, y a los visitantes Edi, Vicente Boix, Jorge, Borja, Steve y Carrasco.
Incidencias: Segunda jornada de las cuatro previstas por el calendario que se disputen en miércoles. En el viaje de ida de la expedición torrevejense, por recibir el aviso de que había un accidente en la autovía, se tomó otro camino que requirió pasar por la ciudad de Valencia, por lo cual llegó con casi media hora de retraso con respecto a lo previsto. Se guardó un minuto de silencio en señal de duelo por el reciente fallecimiento de una niña porteña por la que hacía poco se recaud
Estadio: El Fornás. Fecha: miércoles 29 de octubre de 2014. Hora de comienzo: 19.30.
Club Deportivo Acero: Salva, Manel, Miguel Ángel, Camarasa ©, Joselu, Lois, Serra, Mateos (Colomer 72’), Julián (Pinazo 64’), Galán y Rubén Fonte. No jugaron: Javier, Luismi y Vite. Entrenador: Daniel García Castellanos.
Club Deportivo Torrevieja: Óscar, Vicente Boix, Edi (Alexis 72’), Martín, Rubén, Jorge ©, Borja, Adrián Banderas (César 61’), Steve (Carrasco 81’), Rafa Gómez y Cristian Sánchez. No jugaron: Marcos y Ferrán. Entrenador: José Emilio Riquelme Galiana.
Árbitro: Andújar Raya, de Valencia, auxiliado por Huguet Juliá y Fuentes Molina. Amonestó a
aron fondos para su tratamiento. Se jugó todo el encuentro con las luces del estadio encendidas. El Torrevieja suma su cuarta victoria consecutiva, todas sin encajar ningún gol, y con ella accede a los puestos de promoción.
El gol: 0-1, 18’: Rafa Gómez roba un balón cerca del área contraria, penetra eludiendo a dos defensores, remata raso y luego continúa para empujar a la r
Descubre más desde Objetivo Torrevieja
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Filed under: Actualidad, Deportes |
Deja un comentario