De momento, no hay otra manera
Crónica de Antonio Sala Buades
Ya se sabe que en fútbol, como en la vida, casi nadie está conforme con casi nada. Después de disputarse las siete primeras jornadas, el Torrevieja es colíder —aprobemos el vocablo con el objetivo de entendernos rápidamente— del campeonato. Cuatro victorias y tres empates jalonan la trayectoria de los salineros hasta mediados de este octubre que por fin se nos presenta otoñal. Pues bien, si decimos que hemos sufrido en los siete partidos, aunque no hayamos perdido ninguno, quizá alguien piense que andamos de broma, o que alardeamos de una falsa modestia que no concuerda con los guarismos reflejados. El caso es que así viene ocurriendo, y no seremos nosotros los que reneguemos de los resultados, que son lo importante —por no decir lo único importante— en el deporte de competición. Todo lo cual no hace sino subrayar, en primer lugar, el enorme esfuerzo que vienen desplegando los jugadores cada domingo, hasta el extremo de sacar adelante encuentros que se presentaban mejor para los rivales; y en segundo lugar, que ir tan al límite en cada envite puede ocasionar que cualquier tarde se trunque la racha y se torne negativa.
Pedreño repitió el equipo titular de la semana anterior —ante las bajas, pocas combinaciones más se le ofrecían—, que salió a utilizar sus armas como mejor sabe y puede. Empezarían los visitantes dando un susto, con una incursión de Alfonso por la izquierda y pase atrás para Toni, que no remató con puntería. Cinco minutos después, en un lance aparentemente inocuo, Manu Amores sacó producto él solo de un balón que había quedado suelto cuando desde la zaga adversaria planeaban la combinación. Otra vez Manu Amores, el delantero más resolutivo en estos tiempos de escasez en la plantilla, resolvía el asunto más difícil para los salineros: marcar con una casi nula producción ofensiva. Con tanto tiempo por consumir, habría sido improcedente ponerse a pensar en la conservación. Pero una cosa es lo que se piensa y otra lo que sale. Los de Aroca no tenían por qué lanzarse tan pronto a la desesperada, así que hasta el descanso hubo muy poca presencia en las respectivas áreas: anotamos (19 minutos) un pase a Toni que cuiando armaba la pierna para disparar fue obstaculizado por Verdú; y un envío de Flores (35’) a Manu Amores y Ramiro abortado por el tocayo benferrino de éste.
Dados los precedentes —la experiencia anticipaba el futuro—, nos temíamos, y se cumplió el barrunto, que en la segunda parte íbamos a pasarlo mal. Los visitantes se echaron hacia arriba del todo, ahora sí, frecuentando los abundantes huecos por los que penetrar, y la cobertura torrevejense se descompensaba ante las avalanchas. Ya al minuto de este periodo, Verdú hubo de emplearse de nuevo para taponar una entrada de Cristian, al que de cabeza había cedido Pablo. Siete después, otra vez —y no sería la última— Buyo se convirtió en el salvador de nuestro equipo, al rechazar un disparo cruzado del mismo Pablo. El peligro no cesaba, y de inmediato se interpondría Verdú a las intenciones de Cristian. Los agobios parecían multiplicarse: en el trece, Cristian, pese a que se lanzó con los pies por delante, no llegaba por centímetros a empujar en boca de gol un centro-chut raso del citado Cristian. Aunque la frecuencia y sobre todo la claridad de las oportunidades descenderían, el conocido y buen amigo Dani Meseguer se hinchó a subir por su banda y a poner centros sobre el área. No era de extrañar que, faltando media hora, en la grada se pidiera el final del partido.
El Benferri, después de malograr su mejor fase, perdió fluidez ofensiva. Mediada la segunda mitad ordenó Aroca su primer cambio, que no reportó continuidad al juego. El Torrevieja bastante hacía con aguantar la mínima ventaja, mientras se frustraban una tras otra las opciones de contragolpe. Sólo apuntó una, merced a la brega de su medio campo, que sin embargo no cuajaría al cortar la defensa el pase diagonal hacia la izquierda para la carrera de Juampe. Así que lo primordial era no complicarse en defensa: despejar la pelota cuanto más lejos mejor, tomarse unos pocos o unos muchos segundos para ponerla en movimiento cuando estuviera parada, y cortar todas las líneas de pase del adversario. El Benferri, que ahora llegaba gracias a golpes francos, aún dispondría (42 minutos) de una ulterior situación para, cuando menos, haber puntuado: se encontraron con el gran valladar, Buyo, que neutralizó el remate cercano de Alfonso. El Torrevieja reaccionó (45 minutos) con un contraataque, el único que completaría, al dejar Beltrán para Manu Amores, cuyo centro pasado fue cabeceado por Flores a las manos de Roberto. Y aún hubimos de defender un posterior saque de esquina, blocado por Buyo. Volvimos a sufrir, pero volvimos a anotarnos la victoria. De momento, no hay otra manera de ganar; y a fe que se está explotando. Loor a sus artífices.
FICHA TÉCNICA
Categoría: Preferente Valenciana. Grupo: cuarto. Temporada: 2017-2018. Jornada: 7.
Estadio: municipal Vicente García (césped natural). Fecha: domingo 15 de octubre de 2017. Hora de comienzo: 17.34.
Club Deportivo Torrevieja (camiseta blanca, calzón azul, medias blancas con vuelta azul): Buyo, Vicente Boix ©, Tranche, Walid, Verdú, Tenza, Manu Amores (Lewis 89’), Ramiro, Flores, Pablo Coria (Beltrán 81’) y Juampe (Santi 81’). No jugaron: Manu Vidal (portero) y Arturo. Entrenador: Antonio Pedreño Saura.
Benferri Club de Fútbol (camiseta azul con remate negro, calzón blanco, medias negras): Roberto, Guille, Castillo, Ramiro, Dani Meseguer ©, Peña, David Moya, Toni, Pablo, Alfonso y Cristian. No jugaron: Adrián (portero), Carlos y José Luis. Entrenador: Miguel Ángel García Sánchez, “Aroca”.
Árbitro: Castelló Pastor (Israel), de Elche, auxiliado por López Pascual (Mario Miguel) e Izquierdo Ñíguez (Christian). Amonestó a los locales Tenza (47’) y Verdú (59’), y a los visitantes Alfonso (61’), Dani Meseguer (64’) y Peña (80’).
Incidencias: Primer enfrentamiento oficial entre ambos clubes. Hubo saludos para Dani Meseguer, futbolista del Torrevieja en temporadas anteriores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Francisco Moreno Clares, antiguo futbolista y coordinador de la Escuela Municipal de Fútbol durante años; de Bibiano Vera, aficionado local; y de Ángel Gea, padre de Víctor Gea, jugador del Universidad de Alicante. El Torrevieja, que se coloca empatado a puntos en cabeza de la clasificación con el Hércules B, consigue su cuarta victoria del campeonato, todas ellas por el mínimo 1-0.
El gol: 1-0, 7’: Manu Amores corre a por un balón suelto en la zona defensiva visitante, se va de dos contrarios, llega al área y supera a Roberto de tiro raso.
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Filed under: Actualidad, Deportes |
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