Objetivo Torrevieja

C.D. Torrevieja 2017 (Foto Archivo: J. Carrión)

Crónica de Antonio Sala Buades

Celebrábamos la semana pasada la incorporación de un delantero centro, con las variantes ofensivas que aportaba al equipo. Pues en ésta hemos de lamentar que su lesión nos privó de una participación que quién sabe si a la postre nos habría proporcionado los tres puntos. Sin embargo, no convendría centrar el asunto en un solo nombre, esta vez ausente, y nada hay que reprochar a cuantos lo intentaron, de todas las maneras y hasta el último instante, pues al fin y al cabo puede ser una cuestión aleatoria que la pelota, tan caprichosa como siempre, hubiera acabado dentro en alguna de las numerosas oportunidades que creó el Torrevieja, como también en alguna de las menos que produjo el Redován. Habiendo marcado aunque hubiera sido un único tanto, ahora veríamos este partido con otros ojos, y con toda probabilidad con el triunfo en el bolsillo. Pero el fútbol nunca dejará de ser como es, y en la contabilidad de la mañana reflejamos un cero, igual que los locales, por mucho que éstos terminaran pidiendo la hora para salvar apuradamente el empate.
Desde el comienzo, aunque sin la principal referencia en ataque, los salineros llevarían la iniciativa. Las subidas de Borja por la izquierda proporcionaban situaciones de centro, como complemento a las acciones de Manu Amores por el otro lado. Precisamente entre estos dos hombres, con envío raso del primero y remate final del segundo, abrieron a los tres minutos las hostilidades cerca de la portería de Pablo, que se estiró para detener. Cuatro minutos después, otro servicio de Borja, prolongado de cabeza por Manu Amores, dejó a Beltrán, escorado a la derecha, con opciones de disparo, ágilmente rechazado por el guardameta. El Torrevieja, que volvía a reivindicarse como el conjunto ambicioso que no renuncia a nada, seguía con su trabajo esperando generar la nueva oportunidad. Llegaría a los 26 de este periodo, tras otro centro de Borja rechazado por la defensa, con control cerca de la frontal y posterior disparo en parábola de Ramiro, y excelente respuesta de Pablo enviando por encima del travesaño. Las cartas estaban sobre la mesa. Pero la conocida contingencia nos obligaría a explotar los lanzamientos tácticos.
Pasada la media hora tendría que intervenir Buyo, repeliendo con ambos puños el lanzamiento de golpe franco de Joaquín. Tras sacarse de esquina, el balón caería en los pies del citado Joaquín, que escorado a la izquierda y con efecto interior envió bombeado al larguero, y el posterior remate de Guille saldría fuera por el primer palo. A menos de dos minutos del descanso, un saque de golpe franco de Beltrán —en los dos anteriores, de similar peligrosa trayectoria, el juez de línea había levantado el banderín— con efecto hacia el punto de penalti fue rematado de volea, solo ante el portero, por Walid, que algo forzado al estirar la pierna no logró dar a la pelota la dirección deseada. Un lance que podríamos considerar clave para el devenir del encuentro. También por arriba (cinco minutos de la reanudación) se esfumó la siguiente opción, ya en la otra portería, al dejar atrás Flores para el disparo en el área de Beltrán. Los amarillos arreciaban en su empeño de ponerse por delante cuanto antes. A los doce, Walid cabecearía rozando el segundo palo un saque de esquina de Beltrán hacia ese lado.
Las acometidas visitantes se multiplicaban, con los de Juan Carlos Riquelme cada vez más encerrados en su parcela. En otra arrancada, Flores dejó en corto para Manu Amores, cuyo disparo raso fue detenido por Pablo. Tras una espléndida carrera al contragolpe, el propio Manu Amores perdió la iniciativa cuando dio el pase lateral a Beltrán, que tras el recorte, ya con varios defensores encima, no centró con precisión. Mediado este periodo, el Redován daría sus siguientes señales en ataque con una penetración de Nacho y posterior lanzamiento alto. Pero el rumbo no cambiaba, con los torrevejenses cada vez más volcados. En la jugada posterior a otro saque de esquina —nueve botarían los de Pedreño—, Beltrán recogió escorado a la derecha y disparó raso, sin lograr sorprender a un acertado Pablo, que rechazó con el pie. El portero redovanense continuaba exhibiendo grandes cualidades. En el último cuarto de hora, la ambición del Torrevieja lo lanzaría en pos de lo que tanto le costaba, aun a costa de arriesgar en el medio campo con rebotes que lo habrían puesto en apuros. Acumulaba atacantes, ensayaba el disparo lejano (Tenza, Borja, Pablo Coria) y acosaba hasta el agobio, pero sin puntería. Faltando siete minutos, un tiro fuera de Walid en el barullo que se formó en el último córner fue la postrera ocasión de victoria. Sin duda, este equipo tiene carácter. Lo que todavía no tiene es la solvencia de reflejarlo con cierto número de goles en cada partido.

FICHA TÉCNICA

Categoría: Preferente Valenciana. Grupo: cuarto. Temporada: 2017-2018. Jornada: 10.
Estadio: municipal Antonio Pascual (césped artificial). Fecha: domingo 5 de noviembre de 2017. Hora de comienzo: 11.33.

Fútbol Base Redován Club de Fútbol (camiseta, calzón y medias azules): Pablo, Manolo ©, Gabri, Agustín, Tito, Gabi, Micro (Pitu 45’), Guille (Libu 89’), Joaquín, Edu y José Manuel (Nacho 59’). No jugaron: Miguel (portero) y Manu Fuentes. Entrenador: Juan Carlos Riquelme Belmonte.

Club Deportivo Torrevieja (camiseta, calzón y medias amarillas): Buyo, Vicente Boix ©, Borja, Walid, Vicente Zaragoza, Verdú, Ramiro (Pablo Coria 81’), Tenza, Manu Amores (Patri 87’), Beltrán y Flores (Juampe 73’). No jugaron: Manu Vidal (portero) y Booker. Entrenador: Antonio Pedreño Saura.

Árbitro: García Noales (Miguel), de Orihuela, auxiliado por Bailén Pacheco (Mario) y Sánchez Bailén (Daniel Fidel). Amonestó a los locales Tito (34’), Edu (39’) y Pitu (85’), y a los visitantes Tenza (8’), Vicente Zaragoza (86’) y Walid (89’).

Incidencias: Primer enfrentamiento oficial entre ambos clubes. Hubo saludos para Micro y José Manuel, que jugaron con el Torrevieja en temporadas anteriores. Manu Amores, que empezó con el dorsal número 9, terminó con el 17, al tener que cambiarse la camiseta, mediado el segundo tiempo, por habérsela desgarrado un contrario en un agarrón.

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