Homenaje de la prensa de Torrevieja a “Canico”, en su despedida como fotógrafo de prensa, en la que ha trabajado muchos años, siendo el compañero de viaje que todos hemos admirado y que siempre echamos de menos, esperando que un día, abra la puerta de una rueda de prensa y diga eso que él dice como nadie: “¡un éxito!, compañeros ¡Un éxito!”
Fernando Guardiola
José Mª Andréu Montesinos, en adelante “Canico”, como se diría en un contrato, es de esas personas que surgen por generación espontánea cada ciertos años en la historia de una ciudad. En este caso de un perfil que ha calado tanto en el alma de nuestro pueblo, que si no hubiera existido, “habría que haberlo inventado”, porque ha llenado de una impronta sincera, reflejada a través de su cámara, de matices, unas veces en blanco y negro y otras en color, la vida y costumbres de un singular pueblo marinero que en un espacio inimaginable de tiempo para otras urbes, ha sufrido -o gozado- de una transformación tan rápida, que una sola persona con una cámara ha sido capaz de captarla para el futuro. El “Canico”, nació en 1953 cuando los coletazos de la posguerra aun se dejaban sentir en las economías familiares y sus padres Ángel Andréu y Concepción Montesinos “La Cana”, vivían del trabajo del cabeza de familia por su trabajo en la Salinas. Su padre, recientemente fallecido. ya desarrolló una interesante afición por la fotografía que le ha llevado a conservar imágenes inéditas de otras épocas. El matrimonio tuvo un segundo hijo Manuel Antonio, que vive apartado del tipo de actividad que tanto su padre, como posteriormente su hermano desarrollarían. El personaje que nos ocupa “Canico”, ingreso en las Salinas en Julio de 1971, tras haber realizado estudios de Mecánico y de Tornero Ajustador, cuando la empresa contaba con más de 1200 trabajadores, de los cuales 24 estaban destinados en el Taller. Hoy día “Canico”, ejerce como mecánico de mantenimiento, en la misma empresa que solo conserva una cifra aproximada de 100 operarios de los que permanecen en el Taller siete u ocho personas.
Conoció a la que sería la mujer, un baluarte de su vida, a los 16 años, cuando ella, la inefable “Finuca” Pámies, contaba tan solo 13 años. “Finuca”, era modista, pero no una modistilla de estas de baja alcurnia, sino de un taller de alta costura que regentaba “Mellado” y que se situaba en lo que hoy es la plaza de Miguel Hernández . El 4 de junio de 1978 sonaron campanas de boda para la pareja de la que, todo hay que decirlo, tardíamente, llegaron Ángel y José María. Como hemos mencionado antes, su padre Ángel Andréu fue de los pioneros aficionados a la fotografía en Torrevieja, siendo uno de los fundadores de la primera Agrupación Fotográfica de Torrevieja, que contaba en su seno con personajes del carisma de Romualdo Ballester o Antonio García Valle, entre otros.
Tal fue la afición a la fotografía de “Canico” que llegó a tener su propio laboratorio. Visitarle y entrar en el pequeño habitáculo, que no medirá más de 5 metros cuadrados, es entrar en un mundo diferente donde no queda ni un milímetro desocupado. Todo esta lleno de álbumes de fotos cuidadosamente catalogados, todas las máquinas que ha ido adquiriendo y utilizando desde que a los doce años, su padre le inculcara la afición por retratar todo lo que “se menea” y que se pueden contar en más de cincuenta. Objetos inauditos, fotos especiales con personajes de la actualidad de la época y ante todo una espectacular colección de fotografías de las participaciones del “Canico” en los desfiles del carnaval de Torrevieja y que le reportó en varios años sendos primeros premios. Llegado el carnaval el impredecible “Canico”, se convertía en el personaje imprescindible de cada desfile, la gente llegaba a acudir a los desfiles con la sola intención de ver que brillante idea había tenido ese año.
Memorables fueron sus disfraces de bailarina de ballet, de flautista de Hamelín o de Mary Poppis, entre otros. Por todo ello y por ser una persona única e irrepetible, el 7 de diciembre del año 2005, recibió el mayor honor que se otorga a un ciudadano en Torrevieja, el premio “Diego Ramírez Pastor”. En la actualidad el “Canico”, continúa en su puesto de las Salinas y sigue plasmando las mejores imágenes cotidianas de la vida de nuestro pueblo, aunque la naturaleza y su entorno se hayan convertido en su mayor forma de expresión. Una “avería” en las rodillas, como el mismo dice, le tiene apartado un tiempo de su trabajo y de lo que lo que más ama, la fotografía. Desde aquí le deseamos una pronta recuperación. Torrevieja no es la misma si no es vista a través del objetivo de la cámara de José Mª Andréu Montesinos, el “Canico”.
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Filed under: Actualidad, Cultura | Tagged: canico, Grumo, josé, María Andreu, sal, torrevieja |
Fantastico trabajo del equipo de Objetivo Torrevieja y especialmente de Fernando Guardiola en este reportaje. Despues de verlo me he quedado sin palabras.. como tu has dicho en el reportaje, las fotos de mi padre muestran la vida y las costumbres de torrevieja, pero tu con este reportaje me has mostrado la vida de mi padre (hay fotos que ni yo mismo he visto porque estan bajo llave en mi casa). Gracias por enseñarme fotos de mi padre con pelo y gracias también por recordarme que en unos años estaré calvo como él. En definitiva, muchisimas gracias! un abrazo desde Escocia perla.