Las Eras de la Sal acogieron ayer en una jornada netamente “romana”, marcada por las Olimpiadas Clásicas y el Mercado Romano, a una hora a todos modos “rara” para una obra de este calibre que debutó en el Anfiteatro de Mérida cosechando unas inmejorables críticas. “Hércules”, obra dirigida por Ricard Reguant, es un espectáculo en toda regla, con un argumento ligero y fácil de seguir, defendido “con alma, corazón y vida”, una historia musical y familiar, con guiños para los adultos, y sobre todo para todo aquel amante de la música, del circo y de la danza. Un grupo de bohemios artistas de circo va de ciudad en ciudad representando las aventuras y desventuras del protagonista. Un Hércules ya mayor, representado por Pablo Abraira, se enrola en el circo para buscar por todo el mundo a Yol –la morala Clara Alvorado–, una mujer que conoció en su juventud. De esta forma, con la ayuda de un maestro de ceremonias, representado por Paco Arrojo, que coopera en la narración junto a Abraira, cuentan la historia de Hércules, desde su nacimiento hasta la llegada al Circo Olimpus. Básicamenrte es una historia dentro de otra historia. Comienza la función circense tras una presentación del maestro de ceremonias, con un Zeus que, encaprichado, deja embarazada a una mujer terrenal y mortal. En consecuencia, el joven Hércules, el semidiós que nace de esta unión –representado por Javier Pascual–, debe someterse a la ira de Hera –Noemí Gallego–, la legítima mujer del dios del Olimpo. Además de las ya nombradas, cuenta con las actuaciones del bailarín Víctor Ullate, que interpreta al fiel amigo de Hércules y de Nuria Sánchez, con el papel de Maruxa; que junto a un coro de 14 bailarines y acróbatas, y un colorido vestuario logran que la obra se embellezca e intensifique.
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