En 1976 la abrumadora mayoría de los españoles nos declaramos a favor de un proceso pacífico de transición política que derivó en la redacción, aprobación y refrendo de nuestra Constitución en 1978. No fue tarea fácil. Hubo intentos de quebrar ese proceso, pero fracasaron porque fue más fuerte el deseo de la mayoría de los españoles de vivir en paz y en libertad.
Todos los españoles, políticos y no políticos, de la izquierda y de la derecha, laicos y confesionales, empresarios, estudiantes y trabajadores, hombres y mujeres, en fin españoles de toda condición, hicimos valer el espíritu de concordia y una apuesta inequívoca por el sistema democrático. Usamos el diálogo para ponernos de acuerdo en lo sustancial, renunciando a postulados legítimos que cada uno teníamos.
Y así se hizo la Constitución, con diálogo y pacto, con libertad y con respeto hacia los que defendían postulados contrarios. Y creo que este espíritu fundacional de nuestra Constitución sigue vigente en estos tiempos de crisis económica, en los que tenemos que dejar a un lado el interés particular para primar el general de toda la sociedad española.
España ha progresado con la Constitución. Las instituciones funcionan. España ha conocido gobiernos de la izquierda y de la derecha, con mayorías absolutas o con pactos con otras fuerzas políticas, tanto por el PSOE como por el PP. Ello ha dado estabilidad al país y ha integrado a las minorías nacionalistas en esa tarea común de construir la España democrática que hoy conocemos.
Descubre más desde Objetivo Torrevieja
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Filed under: Actualidad |
Deja un comentario