Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

Alfonso Pascual Ruiz

Las puertas del Templo Arciprestal de la Inmaculada Concepción, abrían un año más sus puertas para que el cortejo procesional, recorriese las calles torrevejenses. Eran las 8 de la tarde cuando el estandarte de la Junta Mayor de Cofradías atravesaba el dintel de la iglesia, para convertir nuestras calles en una catequesis viviente, en la que nazarenos, costaleros, portaestandartes, manolas y 18 tronos con las escenas de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo nos recordaran los que sucedió hace más de dos siglos en Jerusalem. Jesús ha sido enterrado y así lo proclamaba Torrevieja, en una Semana Santa que ha sido destacada por la buena climatología y por el gran trabajo realizado por las 14 cofradías. En primer lugar, La Convocatoria, que nos ha convocado durante toda la semana, en cada una sus procesiones, y que este día igual que el Lunes Santo, salía acompañada por la Mujer Samaritana, seguidas por la Santa Cena y la Oración de Jesús en el Huerto. Cuando ya estaba todo decidido, el Cristo de la Flagelación acompañado por la Santísima Virgen de la Estrella, Reina de los Ángeles, mientras San Pedro, llora arrepentido por haberle negado tres veces.
Suena ya la Saeta, el Nazareno ya está en la calle, que tras haber caído, se encuentra con su Madre, la Virgen de la Esperanza y de la Paz, y también la Verónica, que le enjuaga el rostro.
Ya está llegando al Calvario, el Cristo de la Salud, ya le hemos Crucificado, que sola queda su Madre, en Silencio. Bajadlo de la Cruz para que la Virgen de la Piedad pueda despedirse de Él, antes de ser enterrado en el Santo Sepulcro de piedra. San Juan abre camino a la Dolorosa, que llora desconsolada.
El Viernes Santo nos presenta el drama de la muerte de Jesucristo que en Torrevieja se vive profundamente en la Procesión del Santo Entierro de Cristo siendo impresionante ver como el Viernes Santo en nuestra ciudad se ha convertido en un gran museo de religiosidad, devoción y arte. La procesión ha terminado ya, comienzan los preparativos para el año que viene, un año intenso de trabajo, que nos volverá a recordar, llegado el momento, que todos tenemos que ser hermanos.

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