Objetivo Torrevieja

Fotografía de los restos arqueológicos realizada por el historiador Torres Montesinos y publicada en diversos medios.

Sergio Boj Bri
Doctor el Bellas Artes

Hace pocos días nos despertamos con la noticia de la aparición de una serie de restos arqueológicos en un solar ubicado entre la plaza Miguel Hernández y la Calle Orihuela, a escasos metros del conjunto histórico de las Eras de la Sal y de la antigua Fábrica de Hielo, en un área de gran sensibilidad arqueológica en la que antaño se ubicaba la Torre Vieja, una torre defensiva medieval que dio origen a la ciudad de Torrevieja.

Premonición

Desde que dieron inicio las obras para la construcción de un nuevo edificio residencial en un solar de propiedad privada, junto a la plaza Miguel Hernández, éramos muchos los que ya afirmábamos que en aquel subsuelo iban a aparecer restos arqueológicos relacionados con la historia y origen de la ciudad salinera. Y así ha resultado ser tras las prospecciones llevadas a cabo por la empresa privada en el terreno afectado por las obras.

Según adelantó el historiador local Torres Montesinos y el cronista oficial de la localidad Francisco Sala Aniorte, en días pasados salieron a la luz una serie de vestigios de gran valor para la historia de la localidad de Torrevieja y que muchos relacionaron inmediatamente con los cimientos de la Torre Vieja, cuya ubicación exacta seguía siendo un misterio hasta entonces.

Construcción

Según medios locales, y así lo he podido comprobar en persona, se trata de una hilera de sillares de piedra arenisca de grandes proporciones, como los utilizados para llevar a cabo las construcciones más antiguas de Torrevieja, como el Canal del Acequión, el Muelle Mínguez o la iglesia de la Inmaculada Concepción, pero que nada tendría que ver con la Torre Vieja, dado que ésta se construyó en planta circular y la estructura hallada parece ser de planta cuadrada.

Entonces, ¿de qué se trata?

En un plano del año 1777 conservado en el Archivo Municipal, en el que se refleja el conjunto de las Eras de la Sal, se expone la planta circular de la Torre Vieja, ubicada al Norte, en torno a la cual se desarrollan otras construcciones que podrían tratarse de almacenes y viviendas que pudieran o no estar relacionadas con la torre defensiva. Analizando dicho plano y comprobando que para la construcción de la torre defensiva se adoptó una planta circular, como la Torre Horadada del Pilar de la Horadada (Siglo XVI), queda descartado por completo que los restos encontrados se traten de la base de la propia torre.

Plano del año 1777 conservado en el Archivo Histórico en el que se refleja el conjunto de las Eras de la Sal y la Torre Vieja al Norte

Por otro lado

El ilustrado geógrafo Pascual Madoz, quien llevara a cabo el “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” a principios del Siglo XIX, describió la localidad de Torrevieja tras el terremoto de 1829 afirmando que: Al frente de la población, a corta distancia de la playa, hay una torre de defensa y una batería en forma de herradura, con bóveda para la tropa, y almacenes para municiones, todo lo cual de halla derruido, y junto a ella está el Rincón, que es el paraje en el que los buques se encuentran al abrigo del tormentoso mar, que causan los vientos del segundo cuadrante.

El propio Madoz, en su Tomo XV, describió la existencia de la Torre Vieja y un conjunto de estructuras arquitectónicas relacionadas con la misma que se conservaban en mal estado hacia la primera mitad del Siglo XIX. Y puede que parte de estos elementos, arquitectónicos de los que ya hablara Madoz hace cerca de 200 años, sean parte de lo que esta semana ha salido a la luz. Así pues, cabe afirmar que no estamos ante los restos de la Torre Vieja que dio origen a nuestra ciudad, pero es posible que lo estemos ante una serie de construcciones auxiliares que tendrían la misma importancia histórica, antropológica y sentimental, erigidos en la misma época medieval.

Y ahora, ¿qué hacer con dichos restos?

Los restos arqueológicos han sido encontrados en un solar de titularidad privada y en el transcurso de la construcción de un edificio residencial, por lo que los trámites y el proceso llevado a cabo para su excavación y conservación resultan ciertamente complejos, dado que las actuaciones podrían suponer un revés para los intereses de la empresa privada actuante.

Lejos de detenernos en los diferentes aspectos administrativos, donde la Administración Pública y la empresa privada deben llegar a un acuerdo, en ocasiones complejo, nos detendremos en exponer algunas de las soluciones que se podrían llevar a cabo para conservar tales restos arqueológicos.

Por el contrario de lo que pueda parecernos, resulta común, sobre todo en ciudades históricas y con gran carga arqueológica como Alicante, Cartagena o Murcia, que al realizar obras de urbanización y nueva construcción se encuentren restos arqueológicos que paralicen momentáneamente las obras.

Las soluciones que se vienen dando a la hora de conservar dichos yacimientos arqueológicos en la construcción de residenciales pasan desde la conservación “in situ” de los elementos en los sótanos de los nuevos edificios hasta su extracción y traslado a otra ubicación.

Como ejemplo en Cartagena.

Se han conservado “in situ” unos restos arqueológicos del Siglo I a.C. en el sótano de unas viviendas de nueva construcción, situadas en la Calle Andino 6. Así mismo se conserva parte de una calzada romana bajo un edificio de la Plaza Serreta 2 y cuyas obras han permitido que sea completamente accesible y visitable. En los casos anteriores y otros tantos que existen en ciudades históricas de todo el territorio nacional, las soluciones llevadas a cabo para ello han adoptado diferentes fórmulas, desde la implicación del sector privado para llevar a cabo las obras de rehabilitación y consolidación, hasta la intervención de la Administración Pública en labores de conservación, así como la adopción de permutas en sótanos y recintos afectados en muchos de los casos.

Por otro lado

El traslado de los elementos arquitectónicos o bienes culturales a una ubicación diferente a la original es una solución adoptada desde principios del Siglo pasado, aunque ello requiere de altos costes, y así fue llevado a cabo en la iglesia románica de San Pedro de la Nave en Zamora, en el año 1930, por la construcción de un embalse.

Como ejemplo reciente y cercano, en la ciudad de Alicante se han iniciado las obras para el desmontaje de la “Torre Placia”, una construcción del Siglo XVII que va a ser desmontada “piedra a piedra” para ser trasladada a otra ubicación, dado que los actuales terrenos en los que se inserta van a ser ocupados para la construcción de un nuevo residencial.

En todo caso

Volviendo al tema que nos ocupa, los restos arqueológicos encontrados junto a la plaza Miguel Hernández de Torrevieja y que, sin lugar a dudas, reflejan el origen e historia de la localidad, formando parte del conjunto de estructuras defensivas y anexos de ellas que se desarrollan por todo el Levante peninsular, deberían conservarse en su totalidad y donde existirían diversas fórmulas para ello, como ya hemos visto en las experiencias anteriores. Si bien resulta inviable mantenerlas en su ubicación original por el desarrollo de las obras de la empresa privada, deberían estudiarse y documentarse al completo sobre su ubicación para, posteriormente, ser desmontadas y trasladadas a una nueva ubicación futura, pudiendo formar parte de las instalaciones del futuro Museo del Mar y de la Sal o adyacente a la antigua Fábrica de Hielo.

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