Desde primeras horas de la tarde de ayer, la zona situada frente al Templo Arciprestal de la Inmaculada comenzó a transformarse gracias al esfuerzo y dedicación de una docena de voluntarios. Con más de dos mil kilos de sal teñida a la témpera, dieron forma a la ya tradicional alfombra de sal que, un año más, engalana el paso de la solemne procesión del Corpus Christi.
El diseño, elaborado con esmero y detalle, ha sido preparado para honrar al Santísimo Sacramento bajo palio, que recorrerá las calles esta tarde acompañado por los niños y niñas que han celebrado su Primera Comunión en este año.
Durante toda la jornada, los voluntarios contaron con el respaldo y la presencia del presidente de la Hermandad del Santísimo, José Giménez, quien no dudó en agradecer su esfuerzo y felicitar a los artistas por el magnífico resultado de esta manifestación de fe, arte y tradición.
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