Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

Fernando Guardiola

Lo que nos voy a narrar, parece un cuento, pero en realidad no lo es, aunque sí una aventura de supervivencia de una pequeña ave, que de no haberse encontrado en su camino con una pareja de jóvenes animalistas, estaría a estas horas en el estómago de algún gato de los que merodean por el dique de levante de nuestra ciudad. Pero comencemos por el principio: el pasado sábado día 15, la pareja formada por Mercedes Ortuño Moreno y Víctor Pérez, paseaban sobre las diez y media de la noche por las inmediaciones del Dique de Levante, lugar de paseo habitual en nuestra ciudad. A todo esto vieron en la oscuridad, como varios gatos se arremolinaban en torno a algo, que en principio creyeron se trataba de un pequeño roedor. Otros en su lugar hubieran seguido su camino y dejado a esos gatos “cenar” con tranquilidad, pero el amor a los animales de esta pareja hizo que con las linternas de sus móviles, alumbran y se encontraran un pequeño ejemplar de ave de color oscuro, pico curvo y patas palmeadas. Sin dudarlo un momento los arroparon y lo trasladaron casa de los padres de Mercedes, Antonio y Gloria, A partir de ahí se puso en marcha la operación “Salvar a Lolo”, nombre que se le puso por celebrarse ese día la festividad de la Virgen de los Dolores. Por la mañana se pusieron en contacto con Mariano Lara, un trabajador del Ayuntamiento, colaborador incansable en estas lides e inmediatamente se puso en contacto con el biólogo municipal, Juan Antonio Pujol, que confirmó que “Lolo”, era un ejemplar joven de la especia “Paiño europeo”, una especie superprotegida, que en la variedad europea sólo anida en la isla frente a Benidorm y su recorrido hacia el atlántico, por el estrecho, lo hacen siempre sobre el mar. Mariano le recomendó que los trasladaran hasta el centro de información de la Laguna de La Mata, donde Antonio Ortuño, una vez corroborados los datos que le habían anticipado, lo entregó al biólogo que se encargará de se le realice un chequeo, sea anillado y lo suelten para que haga su recorrido natural y si no estuviera en condiciones de ello lo tengan hasta su muerte, muy bien cuidado, para mostrar a los escolares, sus hábitos, vida y costumbres, sirviendo para su conocimiento y concienciación de la naturaleza. Esperemos que “Lolo”, pueda en adelante disfrutar de la libertad, que gracias a Mercedes y Víctor, un día encontró cuando estaba a punto de ser devorado en una línea alimentaria natural como al vida misma.

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