Cuando en 1917, fallecía Ramón Mateo Gil, nunca imaginó que dejaría por el mundo un legado familiar tan vasto y surtido como el que ayer se reunió en el Restaurante Bahía de nuestra ciudad. Más de 60 miembros de las diversas familias que descienden de este personaje, y que tienen en común el apodo genérico de “Rampete”, llegaron de los puntos de España más diversos, como Cádiz, Algeciras, Barcelona, Madrid, Zaragoza o la propia Torrevieja. Y no es de extrañar tal despliegue familiar, si contamos con que el susodicho fundador de la estirpe, se casó dos veces. En primeras nupcias con Nieves, una joven a la que la providencia dio un donaire y una hermosura que unió a su facilidad para acudir a la sala de partos, contándose seis los hijos que tuvo antes de morir, dejando viudo y desconsolado a Ramón. Este ante la hecatombe que se le venía encima, ya que por aquella época los hombres en la casa y menos con el cuidado de los niños, no sabían “hacer una O con un canuto”, propuso a Teresa, hermana pequeña de la difunta, que por aquel entonces estaba más pendiente de las cosas de los Santos y acariciando la idea de tomar los hábitos, que se uniera a él en santo matrimonio y se hiciera cargo de las seis criaturas. Teresa abandonó sus ideas pre conventuales y asumió con tal ímpetu su papel de esposa y madre que aún llegó a tiempo de tener siete hijos del ínclito Ramón, uno de los cuales falleció siendo infante. Entre los reunidos anoche había nietos, bisnietos y tataranietos de “Rampete I”, siendo la más joven que asistió Lara de 10 años y el más mayor Ramón de 82, aunque este último era “Rampete consorte”. Nos contaron que realmente el más mayor de la saga que contaba con 84 años, era un tal Aristóbulos, nombre más que sonoro para tal efémeride. El que les habla quedó anonadado al descubrir quieres se escudan debajo de la marca “Rampete” que me rio de la marca España y de la marca que me pongan. Como enumerarlos sería una larga labor, pasen y vean las fotos, seguro que descubrirán a alguien que tiene que ver con usted. Esperamos dentro de unos años, en 2017 celebrar con los asistentes anoche y los que no pudieron hacerlo, el centenario de la muerte de este verdadero creador de una de las familias más numerosas y conocidas de Torrevieja. En tanto que sigáis tan unidos y que las notas de la habanera “El pirata” sigan sonando en vuestras reuniones como símbolo de unión. Felicidades
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