Objetivo Torrevieja

Álbum, pinchando sobre la foto

Anoche como clausura del II Concurso Nacional de Teatro Aficionado “Raúl Ferrández” de Torrevieja y coincidiendo como el Día Mundial del Teatro, se representó sobre las tablas del Teatro Municipal, la obra escrita y dirigida por el torrevejense Jesús García Gallera, “La Mama”.
Quien fuera predispuesto a ver una obra irreverente y jocosa sobre la Iglesia Católica, comprobaría que estaba equivocado. En el escenario dos actrices como la copa de un pino, Inés León y María Cobos, encarnan la mayor parte del tiempo a dos únicos personajes: Sor Agustina y Sor María. Sor Agustina ha sentido la llamada divina y quiere convertirse en la nueva “Mama”, justo en el momento en que se celebra el cónclave para la elección del nuevo Papa. Sor María, por su parte, acompaña a la monja en este decisivo momento e irrumpen en la sala dando un golpe de Estado en el Vaticano a punta de ametralladora.

A lo largo de la obra los personajes narran la historia de su vida al público, al que cuentan en primera persona y de tú a tú cómo han llegado hasta ahí. Las dos monjas de clausura tienen secretos que esconder y una historia divertida, aunque algo dramática por momentos.
con altos y bajos tanto emocionales y cómicos, como de ritmo, ya que se inicia frenéticamente para serenarla marcha en algunos momentos,sin conseguir mantener el ritmo inicial. Empieza y termina fuerte, algo normal en una obra en que solo dos actrices que están espectaculares en sus papeles y son la mejor baza de la obra, teniendo su punto álgido con la proclamación en votación popular de la “Mama”.

Jesús García nos presentó una comedia con contenido sensible, algo delicado para los de piel fina, para otros unas veces un chorro de risas y otras momentos para la reflexión y la denuncia de muchos temas de actualidad, sobre todo del respeto a la mujer, en una puesta en escena que tiene sus dosis de drama e intriga, sin dejar de lado la ventana abierta donde arrojar todos los prejuicios.

El director salinero, corta por lo sano con todo, desde los estereotipos rancios hasta con la religión, para con ello montar un espectáculo cómico y a veces dramático. De esta forma, consigue una peliaguda historia de extravagante mezcla, entre reflexiones existenciales, confabulaciones y milagros.
Amén

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