Todas las Parroquias de la ciudad, celebraron la venida de Jesús, con la tradicional Misa del Gallo
Ayer martes 24 de diciembre, día de “Nochebuena”, se celebró la tradicional “Misa del Gallo”, cuando el reloj marcaba la medianoche, en todas las Parroquias de nuestra ciudad. Asistimos, como casa año a la celebrada en el Templo Arciprestal de la Inmaculada, que fue oficiada por el vicario Fernando Galvañ, ayudado en la misma por su hermano el seminarista Raúl Galvañ.La música que acompañó la ceremonia, vino de la mano del Coro Arciprestal dirigido por Aníbal Cano Pettersen. Tras la Misa, tuvo lugar la Adoración al Niño Jesús, siendo muchos fieles los que se acercaron al Altar Mayor para besar la imagen del recién nacido, mientras el coro cantaba villancicos populares, contagiando a los asistentes que no dudaron en acompañarles.
¿Por qué se llama “Misa del Gallo?
El nombre de “Misa del Gallo”, viene porque cuando se comenzó a celebrar, los primeros cristianos lo hacían al alba, que era la hora “ad galli cantum”. Esta es la noche más larga del año, y la Iglesia rememora el nacimiento de Jesús. Y lo hace celebrando la eucaristía tres veces: a la medianoche, al alba y al mediodía. Esta costumbre es original de la Ciudad Santa de Jerusalén, donde se celebra la vigilia en Belén.
Según otras fuentes
La denominación de Misa del Gallo parte de una antiquísima historia, que dice que el primer ser vivo que presenció el nacimiento del niño Jesús en la cueva de Belén y lo comunicó al mundo, fue un ave. Para algunos, un pájaro ermitaño o cabañero…para otros un gallo, debido a su potente voz y a su función diaria como encargado de notificar a los humanos el amanecer.
Otros afirman
Que el gallo estaba instalado en lo alto del establo y se ocupó de pregonar la buena nueva a los cuatro vientos, comenzando por el buey y el asno, seguidos de los pastores y sus ovejas, hasta llegar a la gente del pueblo. Desde el punto de vista simbólico, el gallo representa un signo solar en la mayoría de las culturas y se lo relaciona con la fecundidad y el nacimiento.
En el Cristianismo es el emblema de Jesucristo por ser el mensajero de la luz y la resurrección. Y es por todas estas historias que en los templos, hasta principios del siglo pasado fue habitual que la llegada de la medianoche fuera anunciada por un gallo. A veces era suplantado por el canto de un niño, pero siempre debía estar dicho animal presente junto a un pastor para rememorar fielmente ese momento.
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