Todas las Parroquias de la ciudad, celebraron la venida de Jesús, con la tradicional Misa del Gallo
El pasado Martes, 24 de diciembre, en la “Nochebuena”, se celebró la tradicional “Misa del Gallo”, en todas las Parroquias de nuestra ciudad. Asistimos, como casa año a la celebrada en el Templo de la Inmaculada, que fue concelebrada por el párroco Manuel Martínez Rocamora y el vicario, Pedro Payá. La música que acompañó la ceremonia, vino de la mano de Jorge Carrasco, que hizo sonar el órgano de la Iglesia magistralmente; el chelista, Fran Barajas; las sopranos, Conchita Pérez y Noelia Pérez y los contraltos, Mila Ballester, Vanesa Ruiz y Jesús García, que cantaron la Misa “Messe Basse” de Faure; El “Ave Verum” de Camille Saint-Saëns y una preciosa selección de villancicos populares. La actuación del grupo fue muy aplaudida al terminar la Eucaristía, habiendo dado a la misma una excepcional calidad, con sus extraordinarias voces y la magnífica forma de tocar el órgano de Carrasco, uno de nuestros artistas más internacionales.
Tras la Misa, tuvo lugar la Adoración al Niño Jesús, siendo muchos fieles los que se acercaron al Altar Mayor para besar la imagen del recién nacido. Ya en el exterior del templo, los componentes del coro, se dirigieron hasta el Belén Monumental de la Plaza de la Constitución, donde entonaron villancicos ente el portal de Belén.
¿Por qué se llama “Misa del Gallo?
El nombre de “Misa del Gallo”, viene porque cuando se comenzó a celebrar, los primeros cristianos lo hacían al alba, que era la hora “ad galli cantum”. Esta es la noche más larga del año, y la Iglesia rememora el nacimiento de Jesús. Y lo hace celebrando la eucaristía tres veces: a la medianoche, al alba y al mediodía. Esta costumbre viene de Jerusalén donde se celebra la vigilia en Belén. Según otras fuentes, la denominación de Misa del Gallo parte de una antiquísima historia que dice que el primer ser vivo que presencio el nacimiento del niño Jesús en la cueva de Belén y lo comunicó al mundo, fue un ave. Para algunos, un pájaro ermitaño o cabañero…para otros un gallo, debido a su potente voz y a su función diaria como encargado de notificar a los humanos el amanecer. Otros relatos afirman que el gallo estaba instalado en lo alto del establo y se ocupó de pregonar la buena nueva a los cuatro vientos, comenzando por el buey y el asno, seguidos de los pastores y sus ovejas, hasta llegar a la gente del pueblo. Desde el punto de vista simbólico, el gallo representa un signo solar en la mayoría de las culturas y se lo relaciona con la fecundidad y el nacimiento. En el Cristianismo es el emblema de Jesucristo por ser el mensajero de la luz y la resurrección. Y es por todas estas historias que en los templos, hasta principios del siglo pasado fue habitual que la llegada de la medianoche fuera anunciada por un gallo. A veces era suplantado por el canto de un niño, pero siempre debía estar dicho animal presente junto a un pastor para rememorar fielmente ese momento.
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